Nunca lo había pensado hasta que lo leí en la Princesa Prometida de William Goldman, el que el amor iba después que los caramelos para la tos, en fin, que sí que diréis que llevo ventaja porque la frasecita la saqué del libro sí, pero realmente la idea me la dio mi amigo Liam, que es un genio de la fotografía y de las letras por supuesto, aunque él todavía no lo sabe, claro que lo obligué a inscribirse en un foro literario, del cuál se borró sin previo aviso, porque decía que no compartía ideas, ah y que por cierto es un pesado, claro que esto último no viene a cuento, pero él sabe por qué lo digo. Bueno no quiero aburriros . Hoy os quiero hablar de eso a lo que llaman “amor verdadero”,. En los tiempos que corren ¿existe? , o es una falacia como tantas de las que nos vemos rodeados en este mundo, el cuál está velado por el velo de la hipocresía. Quiero pensar que existe porque si no el mundo no sería mundo, existe a la par que el odio, la avaricia, la envidia y tantas otras cosas que hacen que todos nosotros existamos, en fin que la reflexión me lleva por estos derroteros que veis, sin el amor el mundo se inclinaría hacia un costado y una buena parte de la humanidad, la mitad exactamente caería al vacío a vagar por el universo, y quizás se encontrarían con Dios pastoreando nubes y cantando canciones de amor. Veis todo lleva a lo mismo. Los libros hablan de amor, las canciones hablan de amor, en todas partes hay historias que son más de lo mismo. En fin queridos lectores, el intento de hacer un ensayo sobre el amor está llegando a su fin, ¿De quién fue la idea de poner esta frase? porque no me inspiro, porque esta mañana tengo la mente en blanco, porque seguramente tendrá que ver la cita que tuve anoche contigo. (Perdonen que no me levante, no estoy para pensar.)
Fin.
Virginia Fernández.