viernes, diciembre 31, 2010

Diciembre con sombras



Diciembre con sombras

P
or diciembre dejo caer los párpados y los sueños,
me abandono a la lluvia y al destino,
observo este amanecer de aspecto enmohecido
mientras se me llena el pelo de escarcha
y los ojos de lágrimas.

Una brisa gélida me acompaña y me corta
como un cuchillo afilado,
me hago preguntas
mientras los cajones entreabiertos esconden secretos
de existencias ya pasadas,
de pensamientos deshabitados,
lejanos.

Por diciembre la ciudad me acecha con sus sombras,
dejo la puerta entreabierta
y la luz de la mesita encendida me acompaña.

© Virginia Fernández “Diciembre con sombras”
Imagen: Nicoletta; http://www.nicoletta.info/eng_htm/principal_eng.htm

domingo, diciembre 26, 2010

La gravedad de esta noche


La gravedad de esta noche

L
a gravedad de esta noche
cae lentamente sobre el alféizar de la ventana,
sobre tus pestañas encharcadas de ausencias,
sobre palabras a medio decir
y el edredón revuelto entre tus piernas.

Tus párpados cerrados me devuelven
la paz grave de una vida
con silencios consentidos
y ruidos de ciudad.           

Es tan simple
que asimilo tus despistes
y no hago caso a las preguntas
de tu corazón solitario.

La gravedad de esta noche
me sostiene
y no quiero explicaciones,
ni adioses.

© Virginia Fernández “La gravedad de esta noche”
Ilustración: Banksy

jueves, diciembre 23, 2010

Vacío


Vacío

V
eo una ciudad sin calles
llena de gente que no se mira,
es como una luz blanca pálida
que me devuelve a esta realidad sin fondo
y es ahí donde te encuentro
buscando unos ojos a los que mirar,
es ahí donde te veo
absorto, herido.

Lentas gotas caen sobre el asfalto
y paraguas que se mueven al ritmo
de una música que no me llega,
el vacío que te ocupa me sobrecoge.

Una antigua vocación me viste
y me acompaña, ¿Serás tú? ¿Será un sueño?

© Virginia  Fernández “Vacío”
Imagen: Banksy

domingo, diciembre 19, 2010

Teenager love


Teenager love

E
n la calle llueve,
mientras, tú estarás ensimismado
en la pantalla de tu ordenador portátil,
movido por el soplo de un beso
en la mejilla.

Afuera llueve y caen tristes gotas sobre el asfalto,
mientras la noche se ensimisma lenta,
se adhiere a las calles, a las paredes,
no hay rincón que no le pertenezca, y tú,
solitario, lees algo mientras la ves pasar,
así como al tiempo, tan callando.

Yo escucho tras el cristal
el murmullo de tu ingenio,
de la lluvia,
así como te pienso, lentamente,
mientras afuera, llueve.

© Virginia Fernández “Teenager love”
Imagen: Street art.

domingo, diciembre 05, 2010

Diciembre acá


Diciembre Acá




El mes de Diciembre me cuenta cuentos malabares y nocturnos. Paseo por la ciudad que vende en la calle castañas con guantes sin dedos, y el frío no me hace daño, no me dejo. Diciembre me habla de una manera especial. Lo cierto es que a veces no entiendo su lenguaje, de signos formales y reales, pero me dejo llevar y me balanceo al son de una canción que alguien me presta en un espacio finito y con límite. Ahí aparece esa informalidad maleante, y grata, esperada, ilegal, altamente recomendable. Y es tan natural adormecerse ahí, con ese frío de color blanco, pálido, extraído de alguna película europea y muda, y delinquir a tu lado. Noche, sur y frío se mezclan con una soledad que busco cuando me encuentro rodeada de gente sin expresión en el rostro. Pero sin embargo, hay un rostro que ha sido creado para ser mirado por mí, y tú sonríes aquí. Yo no te quiero querer, yo sólo quiero verme en tus ojos, desde un local azul oscuro, desde un local pequeño al que todo el mundo olvidó una noche, y en el que no se echa de menos la soledad, en el que la mesa sí tiene vela romántica en el centro, pero sólo para alcanzar a verte sonreír. Yo no te quiero querer universo, tan sólo quiero estar en allá, donde ti, no acá a este lado silencioso y mudo.

(c) Virginia Fernández "Diciembre acá"
Fotografía: Grafitti Banksy.

jueves, noviembre 25, 2010

Tarde de invierno


Tarde de invierno

B
ajo el lento fluir de la tarde
me ensimismo en ciertos momentos,
pienso en locales poco comunes,
en noches frías,
en el reflejo de los coches al pasar
o en el mar.

Es en este preciso momento
en el que empieza a oscurecer,
bajo el cariz de esta tarde opaca
de invierno,
de lunes color latón
donde echo de menos tu pelo escarchado,
tu sonrisa con sabor a melocotón.

Y es totalmente cierto
que esta tarde invernal
será el escenario preciso
en el que nos volvamos a encontrar,
tal vez rozaré tu cara sin querer
o tus labios, descuidadamente,
sin más.

© Virginia Fernández “Tarde de invierno”
Ilustración: http://www.roc21.com/blog/2008/12/19/ilustraciones-a-color/

miércoles, noviembre 24, 2010

Reflexiones con pinceles



Reflexiones con pinceles

M
e pregunto qué grietas
se abrieron aquel día
en el que empezaste a sentir
un hueco por dentro.
¿Cuántos anocheceres te habrás sentido solo?
¿Cuántos días han pasado?

Tú que pisas la calle cabizbajo
que dudas del camino que se abre ante ti
que rimas pinceles con sal,
A ti que haces equilibrios en el espacio
te digo:
¿Qué te hace imaginar?
¿Por qué? Dime,
¿No ves que es la ciudad de la luz?

Será un solsticio de verano,
una estrella que sigue tu camino,
quizás algo habitual ya
que te acompaña y no te deja,
será el vacío que se abre
y te atrapa,
será un manto oscuro que cae como la noche,
una herida que te roba el aire
y te quita el sentido
y te aleja,
dime ¿Qué será de mi?

© Virginia Fernández “Reflexiones con pinceles”
Imagen: Banksy

viernes, noviembre 19, 2010

Tu risa en tus ojos


Tu risa en tus ojos



“Es  tu risa en tus ojos  la luz del mundo”
-Miguel Hernández-



C
uando cierras la voz
te siento a ti en otra dimensión
sólo de ojos,
sólo de manos,
de saliva que se entremezcla
en ese otro yo que no conozco.

Cuando encierras tu yo
en un silencio
y ya sólo está el tú y el yo
atrapas un secreto que no quiso ser contado.

Cuando cierras los ojos
simplemente apagas el día y su luz.

© Virginia Fernández “Tu risa en tus ojos”

miércoles, noviembre 10, 2010

Noviembre es de cristal


Noviembre es de cristal


Y
o sólo quiero tus noches
para alimentar las fachadas de las calles
que quedan deshabitadas,
las ciudades que me asustan,
para acompañar a los gatos en las aceras,
para que esa parte efímera del ser humano
arranque de una vez a hacerse eterna,
para no sentir ese frío.

Yo sólo quiero mis noches
cayendo como cascadas por tus pestañas
y reírme a carcajadas con el corazón encendido,
para no ser esa niña fría y pálida de la muerte,
para no querer despertar.

Yo sólo quiero tus manos
para que me agarren al viento
e inventen partituras con los claxon de los coches,
que noviembre sea de tela con domingos de cristal.

Yo sólo quiero tus noches
y tu pelo al despertar.

© Virginia Fernández “Noviembre es de cristal”

viernes, octubre 29, 2010

Noche escampada


Noche escampada

O
tra vez te podrás asomar
a esta esquina que lleva tu nombre,
tal vez encontrar una bruja con sombrero de pico.

No me preguntes, ni huyas,
no busques explicación,
otra vez
un mago bajará hacia el infinito de tu sonrisa.

Soñarás con esa noche de pesadilla,
habrá lluvia que cala los huesos
y fuertes temblores.
Ya no será mañana,
ya no será azul,
sólo encuentros desesperados,
tal vez llanto.

¿Dónde estarás maga esta noche?
¿Dónde será contigo? A tu lado,
no aquí, sin ti.
Otra vez qué triste en mi soledad,
ando buscando tus manos,
tu cuerpo donde escampar.

Otra vez te atravesará la luna,
morderá tu cuello,
hoy tinieblas,
desesperanzas.

Afuera hará frío
qué triste será sin ti.

© Virginia Fernández “Noche escampada”
 Ilustración: Edward Gorey.

domingo, octubre 24, 2010

Los días-silencio

Los días-silencio


Los días-silencio son un perfecto diapasón sin la nota sol. Los días-silencio están cargados de formalidad y pajarita. Son hombres peinados con raya a la derecha y por qué no, son días con traje y corbata, pueden ser un ordenador portátil lleno de balances cerrados o incluso lleno de tablas perfectas que no formen palotes, ni nada. Los días-silencio llevan maletín y portan números contados en filas perfectas formando cuentas de pérdidas y ganancias con un título que diga: PyG. También son tipos serios con pelo blanco sin un ápice de sonrisa, resultado de muchas horas frente a un libro en blanco que emite un sonido monótono y uniforme. Son días rubios, limpios y sin manchas. Mis días-silencio son camisas planchadas, con botones que no se caen, y por lo tanto no necesitan aguja ni hilo para coser. No hay charcos en los días-silencio, ni botas con cordones-pulsera, no hay lluvia sin paraguas, ni frío sin abrigo. No hay París, ni humedad en las paredes. Todo brilla con un cierto y magnifico aire de perfección, porque no hay color, acaso un color blanco, blanco pálido y figuras que se deslizan silenciosas. Los días-silencio me cuentan atardeceres, noches, y días enteros. Los días-silencio no me gustan nada y sinceramente creo que cada vez me gustan menos.


(c) Virginia Fernández "Los días-silencio"
Fotografía: Stencil en Barrio Latino(París). Virginia Fernández.

martes, octubre 19, 2010

Meditaciones vagabundas


Meditaciones vagabundas


U
no quisiera a veces quedarse en silencio
para escuchar su propia respiración,
que viniera el insomnio y fuera bienvenido,
que llegara la noche y no pesara sobre los hombros,
poder correr entre pensamientos,
intercambiar un punto de vista,
no sentir esa culpa.

A veces uno quisiera poder salir a caminar
por esta calle que no tiene fin,
acaso una sonrisa al final,
en su ala norte
y meditar, acaso contrarrestar
y ponerle “peros” a esta ciudad inocua y transparente.

A veces el tiempo,
ese ente tan escaso nos gasta una broma, uno no quisiera,
pero nos arroja como trozo de papel a una papelera,
triste muerte, mejor caída libre.

¿Qué tal sería ese tiempo,
en el que no sólo fuéramos horas o minutos,
sino espacio?
Sólo por una vez, para poder acariciarnos.

© Virginia Fernández “Meditaciones vagabundas”

jueves, octubre 14, 2010

Esa muchacha de azul


Esa muchacha de azul

M
e resulta difícil adivinarla,
esa muchacha de azul,
que me mira con ojos impasibles
desde la barra de un bar,
está a unos pasos de mí
y sin embargo la intuyo
a miles de años luz.

Esa muchacha de azul
susceptible a las miradas ajenas
y a los ojos de gato,
bebe en silencio y me mira,
difícil saber lo que opina sobre la crisis global,
sobre la capa de ozono, o algún tema social
tan apto para conversaciones de actualidad.

Es complicado saberla,
conocer sus pensamientos, 
sus desilusiones.

Esta muchacha de azul
tan exótica y racial,
en un local poco iluminado,
con sus ojos asustadizos y frágiles
observa,
mientras afuera caen tristes gotas contra el asfalto,
mientras una pared decorada con un stencil
ríe con sus lentas lágrimas.

Esta muchacha de azul,
de óleo sobre noche estrellada,
me sumerge con sus ansias
de destino de barra de bar,
mientras esas tristes gotas de lluvia
caen lentas sobre esta noche
que no quiere aprender a mirar.

© Virginia Fernández “Esa muchacha de azul”
Ilustración: Janik Coat.

martes, octubre 12, 2010

Óleo sobre noche estampada


Óleo sobre noche estampada

M
e quedé sin palabras esta vez
cuando intuí su sonrisa en mi espalda
cuando lo supe cercano,
con sus ojos de mirar y sus manos.

Me abandoné allí a aquel destino sin palabras
cuando lo supe a unos metros
y sin mirar lo intuí cayendo en mi destino
como un gato que me mira y se queda sin explicar.
El otoño trajo el silencio, las risas de guardar.

Me sorprendí por la calle ante un Banksy y sus ventanales,
con estruendos musicales queriendo llegar al sol
y poesías hechas de ensayos de los bustos de Eón.

Y amanecí enredada en sus manos,
sus manos torpes que no sabían ni querían preguntar.

© Virginia Fernández “ Óleo sobre noche estampada”
Ilustración: Gustavo Aimar.

viernes, octubre 08, 2010

Estados de ánimo


Estados de ánimo

E
stoy sufriendo el mismo accidente
de la impersonalidad de la tarde,
del asfalto color oscuro,
de un susurro anónimo de cartón
y espera en los tejados.

Me descubro propensa a la melancolía,
agravada con el claxon de los coches,
calles llenas de paraguas
y rostros anónimos embutidos en soledad.

Estoy en esta guerra fría sin palabras,
en un mundo de papel,
con síes en la boca
y miradas desde esta torre llamada Babel.

© Virginia Fernández “Estados de ánimo”

martes, septiembre 21, 2010

Almas gemelas


Almas gemelas


S
é que tú conoces esa mirada
que se refleja en unas pupilas soñadoras
ávidas de amparo,
ese color de la tarde anaranjado y silente.

Sé que comprendes en su totalidad el significado del leve
peso de las horas y de los días,
ciudad desvirtuada y estéril,
ríos de nubes y de azules,
magos haciendo desaparecer el ocaso de este día silencioso
y esos ojos que miran hacia el horizonte que hace promesas
en la tarde.

Sé que entiendes la dimensión de lo que hablo
cuando te digo frases incoherentes
en noches solitarias, paseos por el asfalto destemplado,
ciudades inhabitadas en el país de las maravillas.

Yo sé que sabes perfectamente
el sabor del invierno en mis párpados,
en mis labios que se cierran,
la libertad que se ciñe a un abrazo,
yo sé que sabes, y callo.

© Virginia Fernández “Almas gemelas”
Ilustración: Grafitti Banksy

domingo, septiembre 19, 2010

Composición de domingo






Composición de domingo


M
e dan miedo los domingos,
No se cómo decirle,
cómo explicarle.
Me gustaría describir
el por qué de los teléfonos rotos.

A veces extraño una nube
de Magritte,
o simplemente su calor de usted.
Su silencio consentido,
su sabor.

Me dan pánico
los domingos por la tarde,
y no alcanzo a poder
relatar la razón fundamental
de ese desasosiego,
esa inquieta nostalgia de
los centímetros de su piel.

¿Cómo convertirme en
estación de tren en
esos días de domingo?
¿Cómo ser mañana,
para dejar de ser por
un instante vacío y soledad?
¿Cómo explicarle?


© Virginia Fernández “Composición de domingo”. Fragmento de Diarios de usted.
Ilustración: Graffiti Banksy