Óleo sobre noche estampada
M
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e quedé sin palabras esta vez
cuando intuí su sonrisa en mi espalda
cuando lo supe cercano,
con sus ojos de mirar y sus manos.
Me abandoné allí a aquel destino sin palabras
cuando lo supe a unos metros
y sin mirar lo intuí cayendo en mi destino
como un gato que me mira y se queda sin explicar.
El otoño trajo el silencio, las risas de guardar.
Me sorprendí por la calle ante un Banksy y sus ventanales,
con estruendos musicales queriendo llegar al sol
y poesías hechas de ensayos de los bustos de Eón.
Y amanecí enredada en sus manos,
sus manos torpes que no sabían ni querían preguntar.
© Virginia Fernández “ Óleo sobre noche estampada”
Ilustración: Gustavo Aimar.
3 comentarios:
Me encanta tu poesía, me encantan las ilustraciones, creas un mundo bello.
Besiño.
me gusta : )
Cuando, tras tanto esperarlo, nos pisa los talones, cazador y presa se mudan torpes.
Abrazos.
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