Los días-silencio
Los días-silencio son un perfecto diapasón sin la nota sol. Los días-silencio están cargados de formalidad y pajarita. Son hombres peinados con raya a la derecha y por qué no, son días con traje y corbata, pueden ser un ordenador portátil lleno de balances cerrados o incluso lleno de tablas perfectas que no formen palotes, ni nada. Los días-silencio llevan maletín y portan números contados en filas perfectas formando cuentas de pérdidas y ganancias con un título que diga: PyG. También son tipos serios con pelo blanco sin un ápice de sonrisa, resultado de muchas horas frente a un libro en blanco que emite un sonido monótono y uniforme. Son días rubios, limpios y sin manchas. Mis días-silencio son camisas planchadas, con botones que no se caen, y por lo tanto no necesitan aguja ni hilo para coser. No hay charcos en los días-silencio, ni botas con cordones-pulsera, no hay lluvia sin paraguas, ni frío sin abrigo. No hay París, ni humedad en las paredes. Todo brilla con un cierto y magnifico aire de perfección, porque no hay color, acaso un color blanco, blanco pálido y figuras que se deslizan silenciosas. Los días-silencio me cuentan atardeceres, noches, y días enteros. Los días-silencio no me gustan nada y sinceramente creo que cada vez me gustan menos.
(c) Virginia Fernández "Los días-silencio"
Fotografía: Stencil en Barrio Latino(París). Virginia Fernández.
domingo, octubre 24, 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
"El silencio es frágil, un grito puede romperlo"
Las cosas imperfectas son las más bonitas... jeje yo siempre he pensado que la perfección no existe... quién sabe.
Un saludo
Publicar un comentario