miércoles, diciembre 24, 2008

Pareceres




No me interesan
las líneas limítrofes
que no te rodean,
ni siquiera si son
del color del mar.
Nunca me interesaron
los árboles terrenales,
ni los días sin lluvia,
ni el olor a pincel.
No me acomodan
para nada los días sin ti,
ni el color de la luz
que atrapa una mano
distinta a la tuya.
No quiero mantas,
ni manos,
ni tacto,
ni aroma.
No me interesa
para nada bailar un vals
sin música de orquesta,
ni tus vaqueros,
ni nada.

© Virginia Fernández “Pareceres”

domingo, diciembre 14, 2008

Desintoxicación

Odio al tiempo y a la
distancia que pasa
lentamente sin tus horas de ti.
Odio tus decisiones
rotundas, meditadas
sin un té al anochecer
en los sitios donde se
pierden pendientes,
y donde las manos tiemblan
al mirar los relojes
con ojos infantiles.

Odio tus maneras,
tu chaqueta de rayas,
tu pañuelo regalado.
Odio las cláusulas,
y los pactos,
los edredones.
Odio el contacto de tu piel.
No me hace falta que
leas en mis ojos.

Odio de una manera
sobrehumana las horas que
pasan sin acordarse
que en un rincón con calles
en forma de río, una cabeza piensa
en gris si no tiene a tus
ojos delante.

© Virginia Fernández “Desintoxicación”

miércoles, diciembre 10, 2008

Vocación

No sé por qué nació de repente
esta vocación que mira hacia ti,
no sé si fueron tus maneras,
o si ese día unas gotas estratosféricas,
y redondas
golpearon en la ventana,
pidiendo un hueco donde acurrucarse.

No sé si esta vocación guiada
hacia ti, tiene que ver con Gustav Klimt,
o con El beso, o ciertamente con Danae,
no sé si fue René Magritte,
o su bombín de las cinco,
o incluso pudo ser Salvador Dalí
abrazado a su amante.

Realmente no sé si nació del jazz,
o de tus ojos,
pero el caso es, que esta vocación
inconclusa, y sin sentido,
irremediable, gira hacia ti,
y no puede dejar de mirarte.

© Virginia Fernández “vocación”

miércoles, diciembre 03, 2008

definición

Es ojos,
y lunas,
y también lugares inciertos.
Es otoños,
y mares en calma,
y supongo que
también a veces será huracanes.

Es pestañas,
y mirada,
y estepa solitaria.
Paisajes anaranjados
y planos
en un atardecer.
Es su música de usted
cuando dice de serlo.
Y cómo no, es montaña,
y árboles nevados,
cuando le dá por poner
un tapiz de color blanco
para mirar.

© Virginia Fernández “definición”