jueves, octubre 25, 2007

Mente de cosas


Retazos de ti en mente.
Retales de un tú idealizado.
Trazos de papel sin tinta
ocres y naranjas .
Retazos magoidales
retales de una sonrisa.
Arañazos malabaristas de gato
en una ciudad llamada Norte.


Virginia Fernández “Mente de cosas”
Foto: Manuel Gallardo

miércoles, octubre 17, 2007

Cuadro de Renoir en un pensamiento de mujer


En una ciudad llamada Noviembre vago, salgo a pasear, oigo llover, y estás tan lejos.
A veces cierro la ventana para poder imaginarte mejor, para que el cielo oscuro no entretenga con sus parpadeantes vuelos mi imaginación, y me deje pensarte, porque necesito pensarte y ordenarte. Eres un caos vagando en mi mente.
Camino bajo la lluvia con paso firme, y me voy colando en todos los charcos que veo a mi paso. Avanzo hacia un mundo ajeno al nuestro, ajeno al que conocemos y vivimos todos los días. Y el mundo me cuenta secretos, secretos de ti, secretos naranjas, y cuadrados, a veces incluso romboidales. El color aparece sin saber por qué entre las letras, letras a las que se le caen las tildes por ser coquetas.
En una ciudad llamada Noviembre a veces pienso que el mundo este nuestro y redondo anda loco, porque nunca están las cosas donde deben estar, pero por otra parte si estuvieran en el lugar adecuado tampoco me convencería. Así que me conformo con intentar arreglar mi círculo vicioso que te envuelve y me envuelve a la vez, para que al final seamos iguales.
En una ciudad llamada Noviembre vago por calles, rincones, pasos que otros anduvieron, desando otros pasos antiguos y olvidadizos. Descalza poso para ti en la imaginación, tengo encuentros inesperados, y abrazos de otros ojos diferentes a los tuyos.
En una ciudad llamada Noviembre no estás, paseo con ojos, con libros, con historias para no dormir, la ciudad me llama y me despierta.
Escampa en Noviembre, y es de día.
La ciudad descorre las cortinas, y abre la mañana como sorpresa. La ciudad es un caos. La lluvia vuelve a caer, moja las calles.
En una ciudad llamada Noviembre te echo de menos, me enamoro.

Texto: Virginia Fernández “Cuadro de Renoir en un pensamiento de mujer”
Foto: Manuel Gallardo

sábado, octubre 06, 2007

Respuesta a un poema llamado te guardo, mezclado con algo de un cubano que conocí.

Te guardo en un rincón de un sitio, en un lugar pequeño de la casa, en un lapicero, o en un estuche. Podría decirse que en un lugar del mundo, detrás del lugar menos pensado, en una estantería imaginada al azar de una biblioteca de una ciudad pequeña, en una orilla de mar. En el sitio más recóndito, en una taza de lata, en un papel arrugado, en un techo a secas, en un caballito de mar, en una luna imaginaria. Y claro, estás ahí reivindicando tu espacio temporal, y material. Cómo no, asomándote a la vida, de puntillas, describiendo hipérbolas con sabor a sal.
Te guardo en un mundo sin fronteras, en un mundo sin guerra, sin dogmas impuestos, sin persuasiones, ni religiones.
Te guardo en un instinto, en una esquina pintada de rojo, en el azar de la vida, en unos anteojos usados, en unos vaqueros, en una calle suburbial y a oscuras, en una calle mojada, en tu calle del sur que te espera. En una historia leída, en una historia imaginada, en un libro de poesía de un escritor llamado Alexis Díaz Pimienta, en un libro en cuyo título aparezcan las palabras lluvia y Almería, en unos versos que digan como la canción cosas bonitas, como que vendrás a maullarme bajo mi ventana, o como que en tu ciudad no cae el amarillo como de un cuadro de Van Gogh. Te guardo en una ciudad llamada La Habana, o en una isla llamada Cuba, en un océano de distancia, en una librería de un lugar llamado Viñales, en un pueblo perdido. En tantos sitios a la vez que no puedas imaginarlo, en un fondo de mar, en un rincón de un sitio, en un lugar pequeño, en una estantería, o en un lata de té.

Texto: Virginia Fernández “Respuesta a un poema llamado te guardo, mezclado con algo de un cubano que conocí”

martes, octubre 02, 2007

Pintura




Cuadro seleccionado en IX Concurso de pintura rápida "Virgen del Rosario" en Roquetas de Mar, (Almería).

30 de Septiembre de 2007


pintura: Manuel Gallardo