viernes, mayo 18, 2007

Cosas de domingo en Barcelona

Barcelona, 22 de Abril, Avenida Diagonal, 9 ½ horas. Marcho de casa para no aburrirme, me encuentro con una chica argentina de veintiún años perdida, recién llegada de su país el día anterior. Me pregunta si conozco algún hotel recién inaugurado, me cuenta que ha acompañado a su madre al trabajo, había querido conocer Barcelona. No tiene plata, ni ningún número de teléfono, ni dirección alguna, sólo recuerda que salieron en taxi de Belbiche. Después de dudar si pudiese ser verdad o mentira, pues parece una historia de sketch de televisión de humor. Le insisto que intente recordar algo, me dice que hace tres horas que está andando cuadras, me pide ayuda, le ofrezco una tarjeta de metro, me pide 20 céntimos para hablar por teléfono a Argentina, a un hermano. Después de intentar llamar a cobro revertido, le pregunto que qué hora será en su país, me responde que las cuatro de la mañana. Cómo le iban a contestar, con cuánto dinero se llama a Argentina! Comenta que en su país cuando se pierde algo se pone un vaso hacia abajo. La invito a un café cortado con pasta para reponer fuerzas en el café del príncipe, o similar. He estado contigo alguna vez en este bar entre la Rambla Cataluña y la Diagonal. La acompaño al metro a buscar un mapa. Al ser domingo no hay personal, sólo máquinas expendedoras de tickets. Le insisto si recuerda algo, ya que después del cortado gira la taza hacia abajo, responde que Paseo de Gracia, no recuerda el número, decidimos ir hacia la plaza Cataluña mirando las calles laterales, nada. Después de quedarse mirando con ojos grandes la tienda de Louis Vuitton, llegamos al Corte Inglés, Plaza Cataluña, cogemos el metro hacia Belbiche dice que recuerda haber pasado con el micro por ese sitio, será lo de la taza. La dejo en la puerta de su familia, dándome mil gracias, con la única amonestación de que al ser mañana 23 de abril, día de San Jorge en esta tierra, el chico regala una flor. Me voy de allí pensando si todo es verdad, o con la duda de si será mentira.

Virginia Fernández “Cosas de domingo en Barcelona”

jueves, mayo 10, 2007

Para despistar


Para despistar a las distancias me traslado a un sur del mundo, puede ser cualquier sur, a cualquier hora de una noche oscura de invierno, viajo a contra-reloj en forma de micro-universo, lanzo señales interoceánicas que alcancen mi destino, que te alcancen a ti, que te lleguen . Para despistar al sol me alejo de la materia física interestelar, me zambullo en miles de estrellas en las que buceo sin ser visto hasta llegar a ti, lo consigo, es bello lo que encuentro.
Observo a la luna en esa distancia impar que nos envuelve, en un mundo redondo y triste. Lanzo una boomerang azul intenso como contraseña, y para crear materia te adivino a contraluz en una noche sin luna.
Para engatusar a las distancias te viajo de norte a sur, por esos despistes míos de la imaginación. En la imaginación no hay fronteras, ni muros de Berlín. En la antesala de la imaginación me encuentro por lo tanto, justo antes de la media noche, antes de dormir, y te cuento que recorro de arriba abajo pasos que otros anduvieron antes. Te miro, te reinvento de mil formas, te pienso, te observo desde aquí, y hasta te espero toda una vida si me dejas, y así logro persuadir a esa distancia, distancia caprichosa , que al fin y al cabo es como tú. Capricho del destino será encontrarte, y al final consigo viajar a la velocidad de la luz, y aparecer a tu lado, así de fácil.
Para despistar al arte que te envuelve me convierto en cualquier instrumento de música alocado, que suene al ritmo de unas palmas que son manos que acarician oídos al hablar, que sea noche de luz de candil. El despiste al final es tal, que al amanecer ya no recordarás nada, ni sabrás siquiera donde estás.

Texto: Virginia Fernández “Para despistar”
Foto: Jesús Fernández “ Dando vueltas”

martes, mayo 01, 2007

1 de Mayo gravitando


Gravitar no es caer, ni descender, tampoco es tiritar, ni pulular. Gravitar es acercarse. Gravitar es la atracción de dos cuerpos, o el movimiento de un cuerpo por la atracción de otro. Por ejemplo gravitar se puede decir que es como hacer parapente con alguien en un lugar que sea naranja y plano, y ese alguien ser tú. Gravitación versus paracaidismo, y acercarse a ese alguien despacio y girar alrededor de él por la atracción de un cuerpo hacia el otro. Pero no todos los cuerpos se atraen, por lo tanto no todos los cuerpos hacen parapente y gravitan a la vez en un paisaje plano y naranja.
Por otra parte el parapente es una modalidad de paracaidismo deportivo que consiste en lanzarse desde una pendiente muy pronunciada con un paracaídas desplegado y efectuar un descenso controlado. Por lo tanto tenemos dos ideas, una: descenso controlado y dos: atracción. Me quedo con la segunda idea. Así mismo tenemos palabras como gravitar, atracción, cuerpo, naranja, paisaje, plano, descenso, paracaídas, pendiente. De entre todas me quedo con la primera, es decir gravitar. Llegados a este punto elijo atracción como idea y gravitar como palabra. Resumiendo gravitar es moverse por la atracción gravitatoria de un cuerpo hacia otro, como dos astros tiritando a lo lejos y buscándose en la distancia. Copérnico estableció la idea de un sistema de planetas que gravitan alrededor del Sol . El Sol aparece aquí como centro de todo, no siempre es así. Como veis gravitar se puede definir de muchas maneras, pero una de las definiciones por las que me inclino más es aquella que dice que mi cuerpo gravita alrededor del tuyo en la misma proporción de ida y vuelta, de manera absoluta, infinita, elevado a una potencia inimaginable, podría decirse que elevado a una potencia casi casi malabar.

Texto: Virginia Fernández “1 de Mayo gravitando”
Foto: Manuel Gallardo “1 de Mayo”