domingo, febrero 23, 2014

The Forest. Sóley - Pretty Face



The Forest

I love her thoughts like the bird songs in the sunny mornings
as the bright stars in the sky,
because she is so little, so beautiful that I have to smile,
breathe, I think in her like the trees leaves,
like the Autumn or the Spring.
Loving her so much,
loving her with my fairy heart,
with my forest heart with all kind of animals inside,
butterflies,
angels
because she is so pretty,
so little,
so fragile.


El bosque

Amo sus pensamientos tanto
como las canciones de los pájaros en las mañanas soleadas,
tanto como las estrellas brillantes en el cielo.
Porque es tan pequeña, tan dulce que tengo que sonreir,
respirar,
pienso en ella como las hojas caídas,
como el otoño o la primavera.
La quiero tanto,
la quiero
con mi corazón de hada, con mi corazón

de bosque lleno de animales,
mariposas,
ángeles.
Porque es tan dulce,
tan pequeña,
tan frágil.

© Virginia
Fernández “The Forest”

sábado, febrero 22, 2014

unicornios azules


Jordi Garriba


Pensarte
no
es sano,
pensarte
no es como pensar en pétalos
por eso ya no existen los unicornios

sin embargo estoy
y sigo escuchando el sonido de las olas
sigo escuchando el sonido del viento

sigo caminando el estrecho camino
y sin embargo la tarde aquella
o el color azul marino
o el bosque, dios mío,
esos seres del bosque.

Y sin embargo
no quiero pensar
en sus ojos gacela
en sus ojos avispa
y cuando lo llamo acude
pero ya no es lo mismo
porque ahora no está

y es tan intenso
como odiarlo
y amarlo
como lloran los niños
o como las sonrisas absurdas
de los abedules enamorados.

_(c) vfc_

martes, febrero 11, 2014

jazzeando la noche


Jazz y lluvia se dan cita en la noche-ciudad. A solas con el tiempo lento de tus horas de ti, me ensimismo en el espacio de todos los días, espacio nocturno, imperceptible, sintomático, asimétrico, gris-local. Leo el perseguidor-Parker o cualquier otra cosa que tenga a mano para entretenerme mientras espero, escucho jazz y sólo quiero que la música salve al menos el resto de la noche. Es tan natural entrar así en tu mundo-mágico, en tu tiempo de ti, en tu universo-particular y rectangular. Y diría infinito, lejano, acogedor, diría intelectualidad disfrazada con traje a rayas de cárcel sin barrotes y no me equivocaría ni un milímetro. Te confieso que tengo unas ganas locas de meterme en la cama y desaparecer, entrar en ese espacio secreto e íntimo del edredón, oscuro, de bordes fríos, perderme de esa realidad que nos acompaña durante el día, de nuestras situaciones normales, de comprar el pan, de hablar con nuestros compañeros de trabajo, de andar por la calle sin ver las caras que se cruzan con nosotros. De estados de ciencia y realidad absoluta y no exentos de un desatino casi perfecto, obstrucciones de la sociedad que juzga movimientos e incluso pensamientos, que no deja percibir el sentido de las cosas.
Pero hay momentos que son distintos a ese tiempo, ah! ese momento, es el no-tiempo al que estamos acostumbrados y eso sí que es una verdadera maravilla, entrar en el puente de madera con el agua bajo nuestros pies y poder sentir que estamos en la Terrassa de Café, la nuit en todo su esplendor. Ver por ejemplo la noche radiante y vestida de azul oscuro.

(c) Virginia Fernández Collado.

lunes, febrero 10, 2014

notas


Una daga como hojas de flores afiladas se me ha clavado
en el costado, profundamente
en mi desnudez infinita,
sangra ahora
200 kilos de dolor,
300 kilos de insomnio,
400 gramos de amor.

*

Las cicatrices salen a volar
como los pájaros en los días de viento
o como las velas de los barcos.

© virginia fernández

sábado, febrero 08, 2014

poema 2


En este cálido invierno también es necesaria la soledad,
dormir con el sonido del viento
y todos los días por delante, 
soleados y brillantes aunque ya sin tu tiempo.
Acostumbrarme a eso otra vez.

Amado, para que no duela pensar que hubo un tiempo
en el que no existías.

Para que no duela volver al silencio,
volver a esta tarde oscura con recuerdos de un cálido otoño
y a pesar de ello sentirme y estar perdida.
A pesar de todo sentir y abandonarme al vaivén del mar
que me arropa con abrazo de algas y líquenes, con susurro de olas
y ojos y fluidos.

Y miro hacia ti pero tú ya miras hacia otra parte,
por ejemplo a paisajes de peces o de adioses.

Por ejemplo hacia otros mares
o bosques
o ríos lejanos, tan lejanos.

© virginia fernández 

miércoles, febrero 05, 2014

poema


¿Herida o síntoma?
En cualquier caso cicatriz,
pequeña,
pequeñísima,
minúscula,
tanto que no la ves desde la altura
del bosque al que se abraza la noche,
tanto que no la ves desde el viento en caída libre,
desde el mar aterrorizado de batallas, agonizante, oscuro,
ahora desde aquí, desde la noche, desde esta noche
que no se queja,
que no está impune,
impura,
sí,
raquítica
pero herida,
diástole y oxígeno
que aparece como un cáncer con hambre de huesos, amado.
Con hambre de paredes y células y abrazos.
Que aparece sin remedio. Que abrasa, irremediable
en la ausencia de un cuerpo.
Sí, de un cuerpo o de todos.

© virginia fernández 

sábado, febrero 01, 2014

tuits and poets

Fernando Ramos

Bajo esta luz
todo se construye fácilmente,
con la nada y el despojarse
de todo
menos del propio ser,
así con nuestra desnudez,
así
en la vida
o en la ciudad.

(c) Vir_bird