En este cálido invierno también es necesaria la soledad,
dormir con el sonido del viento
y todos los días por delante,
soleados y brillantes aunque
ya sin tu tiempo.
Acostumbrarme a eso otra vez.
Amado, para que no duela
pensar que hubo un tiempo
en el que no existías.
Para que no duela volver al silencio,
volver a esta tarde oscura con recuerdos de un cálido otoño
y a pesar de ello sentirme y estar perdida.
A pesar de todo sentir y abandonarme al vaivén del mar
que me arropa con abrazo de algas y líquenes, con susurro de
olas
y ojos y fluidos.
Y miro hacia ti pero tú ya miras hacia otra parte,
por ejemplo a paisajes de peces o de adioses.
Por ejemplo hacia otros mares
o bosques
o ríos lejanos, tan lejanos.
© virginia fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario