jueves, octubre 14, 2010

Esa muchacha de azul


Esa muchacha de azul

M
e resulta difícil adivinarla,
esa muchacha de azul,
que me mira con ojos impasibles
desde la barra de un bar,
está a unos pasos de mí
y sin embargo la intuyo
a miles de años luz.

Esa muchacha de azul
susceptible a las miradas ajenas
y a los ojos de gato,
bebe en silencio y me mira,
difícil saber lo que opina sobre la crisis global,
sobre la capa de ozono, o algún tema social
tan apto para conversaciones de actualidad.

Es complicado saberla,
conocer sus pensamientos, 
sus desilusiones.

Esta muchacha de azul
tan exótica y racial,
en un local poco iluminado,
con sus ojos asustadizos y frágiles
observa,
mientras afuera caen tristes gotas contra el asfalto,
mientras una pared decorada con un stencil
ríe con sus lentas lágrimas.

Esta muchacha de azul,
de óleo sobre noche estrellada,
me sumerge con sus ansias
de destino de barra de bar,
mientras esas tristes gotas de lluvia
caen lentas sobre esta noche
que no quiere aprender a mirar.

© Virginia Fernández “Esa muchacha de azul”
Ilustración: Janik Coat.

2 comentarios:

Yiyi dijo...

Aunque distante y en ocasiones ajena, las muchachas de azul pueden esconder un tesoro.
Además, adivinarla puede llegar a ser un hobby entretenido, que nos haga estar en un papel activo.
Pero, ¿qué digo?
¿?¿?

Weno, a ver cuando te animas a un open podium, eh?

ralero dijo...

La soledad y la incomunicación propia de estos tiempos de individualismo y miedo a los otros.

Abrazos.