jueves, febrero 23, 2006

Donde ser pequeño es:

- No cambies, anda , nunca. ¿Sabes? a mi me gustaría tener una cabaña en el campo.- Dije yo.
- ¿Cómo te gustaría que fuera?.- Me dijiste.
- Pues así, mira te la dibujo.- Entonces saqué una libreta y un lápiz y dibujé una casa, pero la casa no estaba bien dibujada.
- Que bonita.- Sonreíste al decirlo.
- Pero no me ha salido como yo la quería, ¿Te gusta?.- Te dije.
- A ver que te la voy a dibujar yo,¿ así?.- Cogiste mi libreta y la dibujaste.
- ¿Cómo lo sabías?.- Te pregunté. Entonces sonreíste.

A mi cuando escribo me gusta ser una niña, como la de arriba, y ver las cosas de esa forma peculiar, donde las nubes juegan conmigo si se lo pido, y hacen formas raras para mí, donde soy una bruja buena y pelirroja, con una rana en mi jardín, que toma el sol y cuando hace frío se refugia en el porche, con muchos gatos también y la perrina. Donde la luna me roba los juguetes, para luego devolvérmelos cuando vuelve a salir, que seguro era mi hermano que me los escondía y yo creía que era la luna. Donde en la casa de mi abuelo por la noche el reflejo de los espejos en la pared son fantasmas malos, y por más que se lo diga, no me cree, dice que él no los ve. Donde las calles estrechas se quedan en la memoria y parece que son enormes, y cuando creces y vas te llevas un chasco porque tú no las recordabas así, sino el triple de grandes. Donde los veranos son muy calurosos sin aire acondicionado y hay balsas para ir a bañarse con los otros niños, por ejemplo con Collao, Rocío, Esther y muchos más. Donde los gatos a veces son los hijos, y al Cabezonado le da un aire. Donde juegas a no hablar y estás mucho rato callada y se preocupan por ti pensando que te ha pasado cualquier cosa. Donde en el recreo del colegio juegas a los Pitufos y tu maestro es el que más sabe de todos, sobretodo si te cuenta historias de mitología griega y de Ulises, en vez de enseñarte lengua o matemáticas, como no. Donde la gente cuando crece no cambia. Donde juegas en una ermita vieja y parece que estuviera llena de tesoros. Y cuando eres pequeña te gustan mucho las escaleras de las casas, siempre que vas a una casa, en lo primero que te fijas es en eso, si tiene te gusta si no, no. Me encanta jugar con las escaleras las subo y bajo muchas veces, como si fuera un castillo. Y me escondo. No cambies, anda, nunca, te oigo decir.

Fin.

Virginia Fernández

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada más difícil que mirar a nuestra infancia sin alejarnos de ella al hacerlo. Tú no lo haces. Te kedas mirándola y ella, dulcemente, te mira a tí, como un gato. No, como en perro, pues parece que confía en ti.

Anónimo dijo...

pero el gato Cabezonado tenia ese nombre por su cabeza?..
Todos ahorita:
1-el documental era "las cajas españolas" o algo así.
2-buena reveldia la tuya en "excentrica" despues del borrón d Unai y E.Galeano.
3-te felizito por los demás textos,fotos..en especial a ZOILO.
4-Nos vemos..reqt.Chau..bella ciao

virginia dijo...

Sí lo de Cabezonado.
más requete tú.
thanks.
Muxu bat.

Anónimo dijo...

Muy bonito :p

pero es en serio, es entrañable.

Saludos.

d dijo...

Pues sí, no cambies. Y si cambias sigue escribiendo así, por favor.

Anónimo dijo...

La niñez: qué buen sitio para refugiarte al escribir. Quizá tú no te refugias, es sólo que tienes la suerte de permanecer allí todavía.

Muy bonito, vir.