jueves, febrero 23, 2006

No cambies


No cambies, anda, nunca, las cosas que ya están consolidadas. Te lo digo, porque me dicen, me cuentan, que andas por ahí, gritando al mundo, que puedes cambiar las cosas. Es más, dices que el mismo mundo puede cambiarse así mismo, cuando y como quiera. ¿De qué vas? Estás liando la cosa, por si no lo sabes. Cambiar no es tan fácil, y menos para el mundo, y tú, mucho menos. ¿Crees que con las palabras como arma vas a hacer algo? ¿Crees en serio que la gente cambia, así por así, porque tú lo digas? Las cosas son como son por una razón, y no hay razón para cambiar esto. Si no fuera así, ¿crees que seguiríamos viviendo así? ¿En serio crees que no se ha intentado antes, antes que tú, antes de que las cosas fueran para siempre así? Es la última vez que quiero oírte decir que hay posibilidades de cambiar nada. La naturaleza. ¿Cómo demonios te has atrevido a hablar de la naturaleza como amiga nuestra? ¿Pero dónde vives tú? ¿En un bosque? No, ¿verdad? ¿Acaso cazas lo que comes? No, ¿verdad? ¿Cuida ella de ti? No, ¿verdad? Para eso estoy yo. Está claro. Que te calles. Luego hablas de no sé qué cosa de unirnos todos contra el mal. Hablas de drogas, de atentados contra la salud en general, de violaciones de los derechos más fundamentales por parte de una minoría poderosa que no mira más que por sus propios beneficios, pagando los inocentes, incluso con su vida. Te atreves a afirmar que existen casos comprobados de manipulaciones de la información, haciéndonos creer incluso que las cosas que son no son, y viceversa. Bien bien, vas muy bien enfilado, en serio, hacia tu final. Abogas ciegamente por una justicia injustificada, que no existe, una esperanza tan lejana que ni su forma se adivina. Una verdad, que seguramente, está escrita con B, de …banal. Que te calles te he dicho. Manipulaciones de la verdad, ¿pero en serio te crees eso? Todo está claro desde el principio. El que no lo tiene nada claro eres tú, me temo. Guerras, ¿qué tienes tú en contra de la guerras? ¿Es que aquí nos matamos a tiros? No, ¿verdad? A ti qué te importa que las minorías se inventen razones para conquistar países. ¿De qué inocentes me estás hablando? ¿Los conoces personalmente? ¿Son tu familia? ¿Amigos, conocidos? ¿Tan siquiera sabes dónde están esos países? Mencionas continuamente el petróleo, ese material que come tu coche para llegar a todos los sitios donde vas y a los que quieres llegar. ¿Y qué pasa con el dichoso carburante? ¿Contra eso también pones el grito en el aire? Lo que faltaba. Si, si, ya sé, energías limpias y renovables. ¿Qué, con lejía nos vamos a mover ahora? El viento déjalo para los molinos quijotescos, que ya ni se usan, por alguna razón será, y no me vengas con las placas solares, que aquí solo tomamos el sol los domingos y puede que durante la semana los lagartos. Pero de ahí no pases. Ya, los recursos. Mira, te lo diré una vez, y no más, si quieres seguir en nuestro partido será mejor que no cambies, anda, nunca. Si lo haces, sal por esa puerta y no vuelvas, que nosotros estamos aquí para gobernar, no para arreglar el mundo, ni nada. Si, si, lo que has oído; para gobernar, con G mayúscula. Ni se te ocurra mencionar otra vez la palabra corrupción. Mira, me has hartado. Sal de aquí y que no te vuelva a ver. ¿Qué dices? ¿Cómo vas a crear tu propio partido? ¿Qué tu programa político será mejor que el nuestro? Ya, claro, la verdad por delante. Es cierto en parte lo que dices, pagarás como ciudadano inocente que eres. Venga, adiós y suerte.

Por cortesía de: Gideon Richardson.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gideon..lo siento,pero mi vecino se ha enterado d tu texto..
no he podido leerlo en voz baja.
M ha gustado a cántaros..chau.

Anónimo dijo...

Vaya bronca....

cuánto infeliz suelto.. ¿verdad? ¿o quizá no? no sé... :(