jueves, enero 05, 2006

Cuento de fresa.


Los polos se descongelan mientras nieva en el mundo y aquí hace sol, siempre sol, menos por las tardes, que ahí sí se parece un poco a cualquier otro sitio. Puedes culparme, quizá, ya que en parte es culpa mía, no te lo niego, al fin y al cabo soy el que ha comprado los polos, sin avisarte, y te me has ido no sé adonde, en mitad de la feria, y como un tonto, yo aquí, sujetando dos palitos con agua congelada de sabores. Las cosas hay que avisarlas, como tú debiste avisarme de tu locura por los coches que choque, a los cuales te has ido, monedas en mano, para montarte y dejarme aquí, no paro de decirlo, con dos polos en la mano que se me derriten sobre el guante. En serio, si viviéramos ahí donde la nieve es cosa de todos los días no habría problema; entonces te podrías haber ido sin que tuviera otro efecto que la alegría de buscarte entre la gente, pero aquí, que aunque con un poco de frío siempre hace sol la cosa cambia. Y eso que ahora nieva en todo el mundo, que es lo raro. Aquí no, sabes que aquí nunca nieva y solo por eso tendré que comerme yo los dos polos y luego buscarte, con una sonrisa de fresa, para decirte cuánto me importas, a la vez que me suba a un coche de choque, un choque de coche, como digo yo, e ir a por ti, que siempre es un placer, como la fresa.

Fin.

Por cortesía de : Gideon Richardson.

2 comentarios:

virginia dijo...

me ha gustao mucho, pq los polos de fresa me gustan mucho, aunque no tanto como los de limón y chocolate.1 besín.voy a ver si me da tiempo a leer "lo otro" antes de irme.

d dijo...

Me ha gustado mucho, es original.