jueves, enero 05, 2006

Cuento de amor.

Los polos se descongelan mientras nieva en el mundo y aquí hace sol, siempre sol, pero sigue haciendo frío y más ahora que no estás. Me veo a mi misma gritando ¡no te vayas!, lo recuerdo como si hubiera pasado ayer. Recuerdo cuándo apenas éramos unos niños y nos enamoramos, corríamos por las calles, con el frío, escondiéndonos de la gente, me cogías de la mano a escondidas de mi padre. En esta época del año siempre lo recuerdo, porque siempre vuelvo allí, todavía te sigo buscando cuando vuelvo y pienso que vas a estar ahí. El frío cala los huesos, siento como escalofríos, pero creo que más que escalofríos son las mariposas que vuelven en estas fechas para meterse en mi barriga y no dejarme en paz, como en el cuento de la Reina de las nieves de Andersen, pero en vez de ser en el ojo del niño, es en mi barriga, en este caso, no hay nadie que venga a salvarme, claro. Por mucho que pase el tiempo sigo siendo la misma niña indomable que conociste, como a ti te gustaba llamarme, con todos mis defectos, sigo escribiendo a ratos todo lo que se me pasa por la mente, ya lo ves.
Todavía recuerdo cuándo nos casamos, teníamos diecisiete años, íbamos en vaqueros y lo hicimos, en secreto, sin que nadie se enterara, todavía guardo el sabor de tus besos, esto nadie lo sabe, porque nadie lo entendería.
Mi hija me vio llorar ayer y no supe explicarle. Todavía no se por qué vuelvo una y otra vez. Todos los años siento lo mismo, vuelvo a revivir momentos antiguos que nadie va a hacer regresar. Compré la casa de tus abuelos. Un día haciendo limpieza me encontré con unas cartas viejas, me gustaría que estuvieras aquí para contártelo, resulta que tu abuelo Juan estuvo enamorado de mi abuela Lola toda la vida, son cartas que tu bisabuela escondía y Juan descubriría muchos años después en un atillo, ahora entiendo por qué tenía siempre tan mal humor, por qué a mi abuela le brillaban los ojos cada vez que veía a Juan, se le encendían las mejillas, yo me reía y me decía:
-Niña algún día entenderás lo difícil que es la vida.
En fin, una vez más me encuentro aquí con mis recuerdos, una vez más vuelvo a echarte de menos, una vez más vuelvo a sentir el zarpazo que da la muerte.

Fin.

Virginia Fernández.


6 comentarios:

DINOBAT dijo...

Maléfico cuento de horror!!!

d dijo...

De lo mejor que has escrito pero... me suena a otra historia, ¿no?.

DINOBAT dijo...

No te hagas tantas preguntas y disfruta gitana....

virginia dijo...

ya tamos liaos gitano!

DINOBAT dijo...

Tu definición de "liar" debe ser distinta a la mía, por ende, no puedo comprender tu frase, gitana!!!

Mayte dijo...

Me lio Vir...entre este blog y el de msn...no se a donde visitarte, así que lo haré a los dos!

Lo disfruto mucho y este relato me ha parecido genial...te djoe bikiños y que disfrutes tu fin de semana!