lunes, marzo 13, 2006

Un caramelo dentro de un calcetín

Lo que me gustaría ser a mí si no fuera lo que soy, un caramelo dentro de un calcetín, porque se tiene que estar muy a gusto, caliente y a oscuras para dormir todo lo que quieras, además los caramelos dentro de los calcetines tienen que endulzar la vida del que usa el calcetín por eso te metí uno dentro de tu par de calcetines, para endulzártela. Mira primero se endulzan los pies, luego las piernas, luego los brazos y sube hacia arriba hasta la cabeza y te sientes como borracho, pero es una borrachera diferente, como empalagosa y dulce a la vez. Estaba dormida y escuché el sonido, sabía que era el del tacto del caramelo dentro del calcetín, es un sonido muy particular, pero inconfundible suena como a desenvolver un regalo, como a envolver dentro de un periódico un libro, como cuando te regalan flores y las coges con cuidado para que no se rompan, no sé, ¿Cómo explicarte?, como cuando mueven bolsas y tu estás durmiendo, pero en la habitación de al lado y se escucha a lo lejos, es decir como el poema 20 de Pablo Neruda que dice : “Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos”. Pues así. El caso es que me hice la disimulada y pensé ya me ha pillado, sabía sin verlo que estabas tocando el caramelo, además sólo tú eres capaz de encontrar en un cajón lleno de ropa interior los calcetines que tienen caramelos dentro, y yo ya lo sabía sin verte reír, ya sabes como soy. También se como eres tú y sabía que justo después de ese sonido vendría la pregunta, es decir, ¿Qué hace un caramelo dentro de mis calcetines?. Me reí y ruboricé a la vez, pensando en qué estarías pensando, lo que pasa es que no te diste cuenta porque yo estaba dentro del edredón muy a gusto, casi como si fuera un caramelo dentro de tu calcetín, y no me veías la cara. Entonces escuché que me decías, ¿Estos calcetines son míos?, y no te lo pude confesar porque me moría de vergüenza, sólo te dije que no te comieras el caramelo y que los calcetines eran míos, pero en realidad son los tuyos, los negros de invierno que me gusta ponerme para dormir, pero desde que metí el caramelo ya no me los pongo porque si no, no causarían el efecto, es decir el de endulzar al propietario, o sea a ti. De hecho te está endulzando, de a poco, se te nota cuando miras. El caramelo es un Sugus azul.

Fin.


Virginia Fernández.

4 comentarios:

d dijo...

No, que no se lo coma, a saber las bacterias que tiene eso, jajaja. Me gustó mucho, es iroginal eso de los caramelos...

Viento del Pacífico dijo...

Hola :)! Pasaba por aquí a ver cómo iba tu blog. Fantástico! Besos.

virginia dijo...

Thanks Viento del pacífico! besisssss.

virginia dijo...

d: thanks cieli. por cierto dnd tas.