viernes, marzo 03, 2006

Benedetti-Cortázar

Ya mi rostro de vos cierra los ojos, y es una soledad tan desolada.
Ya mi yo te da la espalda para cuando te vuelva a encontrar sea otra vez sorpresa como la primera vez y risa.
Ya mis labios se cierran, pero es en una sonrisa esta vez, pero de echar de menos sin llorar, claro.
Ya mis oídos no escuchan, ni buscan, ni nada, tienen frío y no está el gorro de invierno, ni la bufanda de colores, te los llevas. Y el gorro me echa de menos porque me quiere, me comprende y es tuyo. La bufanda te quiere a ti porque es mía. También llueve y hace frío.
Ya mis manos no están porque se van con las tuyas de paseo y se ríen de nosotros porque ellas se dan la mano y se besan en el parque delante de todos y no les da vergüenza.
Ya mis ojos no miran porque no te ven. O te ven sin mirarte. Entonces lloran.
Ya mis pies no quieren correr porque no estás para hacerlos reír. Y Tu rana se ha escapado desde que te has ido, estaba triste y salió a buscarte. Mi gato se fue con ella para que no tuviera frío por la noche.
Y cuando menos me lo espero, me doy la vuelta y estás ahí, entonces mis ojos sonríen, mi rostro parece de fresa, mi yo salta y corre. Todo se transforma, cambia, se da la vuelta para verte sonreír con cara de niño travieso. Además te quiero, y hace tiempo y frío.

Fin
Virginia Fernández.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un rinconcito de letras donde quedarse, vecina, para tener las palabras que dicen lo que dirían las palabras parlantes que casi ni necesitan tinta.
Un gusto, te las robo, y me las llevo de compañeras en papel.
Un beso.

chus

d dijo...

Muy bonito, muy extraño.