jueves, enero 04, 2007

Nadie te oye


Nadie te oye, llueve, estás sola, hace frío, no hay luz, no estás. No hay nadie a tu alrededor, no existes, no tienes nombre, no tienes rostro, naciste en ese lado al que nadie mira. Escuchas gritos, más gritos, gritos que ensordecen tu cabeza, se meten por todos tus sentidos, cada vez más fuerte. Poco a poco empiezan a sonar como en eco, piensas que los gritos no están dirigidos a ti, porque no los entiendes, te siguen gritando, sientes dolor, más dolor, tanto que al final no sientes nada, no escuchas nada. De repente te ves gritando a ti misma. Sientes que algo te arrastra hacia ese abismo sin sentido, hacia esa locura, es como un huracán que te engulle. Poco a poco te vas calmando, nadie te mira, lloras, afuera llueve, está gris, nadie te ve. Hay miles de rostros a tu alrededor, ninguno gira su mirada a ti, nadie escucha tu lamento, no hay nadie que te ayude. Personas corren en miles de direcciones a la vez. Sientes que hay miles de años luz desde ti hasta cualquier signo de vida. Sientes como todo va cayendo bajo tus pies. Sientes como un temblor te hace desfallecer, y después solo escuchas silencio. Nadie te oye, nadie escucha, nadie sonríe, nadie te mira a los ojos.
Poco a poco las heridas curan, crees que ya no están porque él no está, pero has crecido con ellas. Crees que las heridas te abandonaron porque dejaste ese lugar. Te sientes libre, ya no sientes dolor. Pero las cicatrices siguen contigo, siguen ahí por mucho que pase el tiempo. Cuando llueve vuelves a sentir ese dolor, por muchos kilómetros que hayas caído en dirección al suelo. Nunca se irán, tendrás que acostumbrarte a vivir como un ser herido, lleno de rencor.
Al final sólo escuchas silencio.

Texto: “Nadie te oye”, Virginia Fernández
Foto: Por las calles de Granada, Manuel Gallardo

14 comentarios:

Laura Escuela dijo...

Buf, qué manera de sumergirse en un relato... lo he sentido muy hondo desde que empecé a leer, y ahora me quedo con un regustillo solitario y melancólico curioso jejeje. Muy bien descrito, genial como siempre, Vir.
Un abrazote grande

Anónimo dijo...

Un poco agobiante, tanta gente que es y no está, no está para ella que siente el peso de la soledad dentro de la muchedumbre.
Buen relato.

Muchos besitos, muchos regalos para mañana y un muy feliz 2007

Darkhorse1974 dijo...

Muy profundo el texto, me gusto.

Viento del Pacífico dijo...

Hola Vir :)! Hay veces que tus relatos me parecen radiografías de mi mente. Me siento totalmente identificado con ellos. Feliz Año Nuevo. Muakks.

ecasual dijo...

Profundo e intenso.

Mayte dijo...

Agonía del alma...sin duda sabes transmitirla, mejorando cada día y yo disfrutando niña.

Bikos!!

Anónimo dijo...

Es cierto que las heridas siempre permanecen, sin lugara dudas, no se olvidan, siempre se nota, pueden volver en sueños, en pesadillas o días lluviosos, pero llevas razón, nunca podremos decir que nos hemos curado definitivamente. Precioso texto.

virginia dijo...

lau: je je..gracias wapilla. un besazo almeriense.

virginia dijo...

white: gracias wapa.Besos. nos leemos.

salud.

virginia dijo...

darkhorse1974: Gracias.besos.

virginia dijo...

vDP:Muchas gracias viento. un gusto.
salud.

virginia dijo...

hormiguita: Besos y nos leemos.

virginia dijo...

azul: agonía del alma, soledad, dolor.
salud.

virginia dijo...

jesus (of suburbia):Muxas gracias jesus, parece el guión d tu última peli comentada.besos.