viernes, octubre 20, 2006

Huele a caracoles

Que bueno que nos hayamos sentado a hablar, hacía tanto que no lo hacíamos, además llueve y hace frío. Sí, ya se que hablamos todos los días, que todos los días cruzamos un hola por el pasillo en la mañana mientras entramos en el gueto al que nuestras vidas desoladas nos han conducido. Ese hablar al que tú te refieres no existe, porque es como ir al baño por la mañana con los ojos cerrados, ducharte, calzarte los zapatos, vestirte o salir a la calle a pelear. Esa no es la forma. ¿Cómo va a ser lo mismo peinarse mirándose al espejo, que hablar? A mi me gusta cuando me miras a los ojos, me cuentas todos los problemas que tiene el mundo, y los solucionas, esa forma en la que cuando te diriges a mi no eres un extra-terrestre que vive en el mismo lugar que yo, un ser extraño y agazapado por el miedo, con el que solo comparto el espacio donde vivo. Me gusta cuando te sientas, me hablas y me dices que todo tiene arreglo. Ahora después de haber compartido contigo este rato me siento mejor, hemos salvado a todo lo que hay ahí afuera, a este mundo sin corazón, ni coraza. La sensación de desolación se me va pasando lentamente. A medida que vamos avanzando en nuestra conversación me doy cuenta de que efectivamente todo tiene arreglo, y que los niños nunca más van a tener que dejar de ser niños porque tengan que ir a trabajar, podrán salir a jugar a la calle y no preocuparse por nada. Me reconforta saber eso y pensar que nunca van a mirar con odio, ni van a buscar comida en la basura. Por cierto huele a caracoles, ha llovido, siempre que hablo contigo y llueve, huele a caracoles.

Virginia Fernández “Huele a caracoles”

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Uis, soy la primera. Al ver el título me ha dado hambre, me los había imaginado con su salsita picante y esa miga de pan chorreante de salsa, pero me he equivocado y es el hambre de amistad el que describes que, a veces, duele m´s que el hambre al mediodía.
Buen finde.

Viento del Pacífico dijo...

No sé decirte si me gustan o no los caracoles, porque nunca los he probado. Sin embargo, no tengo ninguna duda en afirmar lo siguiente: me encanta leerte. Sí, ya sé, pensarás que me repito más que los caracoles pero es la verdad. Besos.

Anónimo dijo...

Entrelazas dos problemas en los que desgraciadamente los dos mundos de hoy se hayan inmersos (entre otros). En nuestro mundo, el de los "privilegiados", sufrimos por nuestra vida individualista e "incomunicada", a pesar de estar sumergidos en los más sofisticados medios de comunicación. En el "mundo de los otros", que son la mayoría, sufren por tener que trabajar con cinco años. Me gusta la sencillez con la que en pocas palabras nos haces ver esas dos caras de la vida de nuestro descuidado planeta, en la que esperemos que nos queden muchos años de oler a caracoles cuando llueve.

Laura Escuela dijo...

Ojalá, Vir, ojalá... pero he entendido profundamente estas letras. Se me han ido pegando de a poquito, como si quisiera que siempre que hablara con él y lloviera oliera a caracoles. Yo más bien acostumbro a sentir ese frío incierto de conocer las cosas que no tienen arreglo, pero que parecen tenerlo cuando se miran a través de otro, o a través de la lluvia.

Un fuerte abrazo Vir, de veras que me encantan tus letras. Feliz fin de semana

Mayte dijo...

Hablar y escuchar...no decir y oir..es tan diferente y tan peligrosamente similar.

Hablar es traspasar el alma...decir es jugar a laspalabras.

Habla siempre...hablanos siempre.

Bikos.

Anónimo dijo...

Sí, que bueno que nos hayamos sentado a hablar. Cada vez que te veo venir por el camino sé que nos sentarmos un ratito y hablaremos de muchas cosas. Es bonito saberlo.
Después cuando nos despedimos, sé que todo lo que hemos hablado pasarará a la cajita de mis recuerdos, una de esas muchas cajitas que guardo con las palabras aprendidas, con las ideas ilusionadas y llenas de sentimientos preciosos. He puesto tu nombre en esa caja y así es muy fácil distinguirla de las otras.
Cuando llueve en mi casa la abro y la escucho y la miro y la siento.
Y me gusta mucho...

Anónimo dijo...

Qué mala es la rutina. Esa que nos roba las palabras, que debe ser millonaria de ellas. Tenemos tanto que decirnos... Sin embargo, la maldita rutina se lo ha llevado.

Besos.

virginia dijo...

White: Así es wapa, muchos besos y buena semana.

virginia dijo...

VdP: El olor de lluvia es para mi el olor a caracoles.Besis wapo.Gracias por tus visitas.

virginia dijo...

Eva: Como siempre un placer encontrarte por aquí, Esperemos que sí y que poco a poco esta humanidad se de cuenta de los problemas reales e intente hacer algo para solucionarlos. besos.

virginia dijo...

Lau: Ese frío incierto, de sentirse perdido, de no entender, de no ser entendido, de no querer entender. Besi.

virginia dijo...

Azul: Hablar y no escuchar, oir y no ver, reir y llorar.Besos.

virginia dijo...

Brisa: Gracias por escuchar. Saludos.

virginia dijo...

Pablo: Como hable yo con la rutina se va a enterar de lo que vale un peine. BesoPa.