
Yo te regalo un abraguas para que no te moje la lluvia, y si quieres que te moje también vale. El abraguas sirve para lo que quieras, porque es multiusos, y además como lo inventé yo, lo puedes usar en lo que quieras, porque es casero, como mi rasta, que me la hiciste tú, en casa, pero la rasta no es abraguas, sino rasta.
Un abraguas es un abrazo para los días de lluvia, es un paraguas con abrazo, o un abrazo en forma de paraguas, además es de rayas y latón.
En cualquier caso si te lías, sirve para la lluvia y para abrazar, las dos cosas. Porque me gusta la lluvia y los abrazos.
Me invento palabras para que en un futuro próximo estén en todos los diccionarios del mundo, y que no necesiten traducción. Porque tu gato no habla inglés, como Chicou que sí habla, y quiero que él también entienda la palabra abraguas, porque sirve para todos, incluso para los gatos.
Pero mientras está o no en el diccionario, te dejo que la uses tú, es una palabra inventada para ti, por tanto es de mi para ti.
También te digo que si me das un abraguas, me entran ganas de salir a la calle contigo a mojarme si llueve. También ganas de saltar bajo la lluvia, de mojarme el pelo. Y de saltar encima de los charcos, que se mojen tus botas marrones con punta desgastada, las que no me gustan, las que caminan sobre kilómetros con números que sí me gustan, y cuando caminen sobre los números que no me gustan les escupas, para hacerte el héroe delante de mi.
Así que, resumiendo, si me das un abraguas salgo a bailar a la lluvia, que se mojen también mis sandalias, que me entren cosquillas en los pies. Y si me resfrío, me regales más abraguas de ti para mi.
Texto: Virginia Fernández “Te doy un abraguas”
Foto: Manuel Gallardo “Esa es la leche que nos dieron, esa es la que mamamos, esa es la que tenemos” (Graffiti del niño de las pinturas de Graná)