jueves, octubre 31, 2013

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Cuando no estás, una muchacha piensa en ti,
quedando devastado todo el paisaje,
su cuerpo,
los músculos,
el tacto.

Cuando no estás, la noche se hace cada vez más noche
mientras los minutos se acercan al infinito,
cayendo todo el peso del mar sobre sus hombros.

**

Siento el azul metido en mi cuerpo,
el tenue filo del frío que se aproxima,
las horas infinitamente eternas.

Siento el corazón del pájaro que late,
los huesos de su espalda.

Inconsolable como un lobo hambriento
o como la noche que cae inesperada.

© vi

2 comentarios:

Romy dijo...

inconsolable como un lobo hambriento...

muy transmitido! me gusta!

Madriargues dijo...

Bello como el azul de tus ojos.....