No sé por qué nació de repente
esta vocación que mira hacia ti,
no sé si fueron tus maneras,
o si ese día unas gotas estratosféricas,
y redondas
golpearon en la ventana,
pidiendo un hueco donde acurrucarse.
No sé si esta vocación guiada
hacia ti, tiene que ver con Gustav Klimt,
o con El beso, o ciertamente con Danae,
no sé si fue René Magritte,
o su bombín de las cinco,
o incluso pudo ser Salvador Dalí
abrazado a su amante.
Realmente no sé si nació del jazz,
o de tus ojos,
pero el caso es, que esta vocación
inconclusa, y sin sentido,
irremediable, gira hacia ti,
y no puede dejar de mirarte.
© Virginia Fernández “vocación”
miércoles, febrero 03, 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hay vocaciones irremediables...
Bikiño!
Esa vocación sin sentido
es la que más sentido tiene.
Besos nuevos.
Publicar un comentario