No duele el amanecer
cuando no estás,
es sólo un pequeño pinchazo
en el pecho.
es sólo una desazón
que oprime cada músculo de mi cuerpo.
No te echo de menos al atardecer
cuando el viento empieza a contarme
una canción de cuna.
No pienso en ti,
No existen pensamientos trasnochados,
es sólo una pequeña herida,
un jirón roto de tela que se va haciendo
cada vez más grande.
Es sólo que me acuerdo de ese mimo
que se mueve en la rambla de las flores,
ese cielo gris que me recuerda a tus ojos,
ese atardecer que no va a volver si no me miras.
Es sólo ese desamparo,
esta cama vacía con tu hueco exacto
debajo del edredón.
Es sólo eso, nada más.
© Virginia Fernández “Noes”
miércoles, febrero 03, 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Es sólo eso,
lo que no es
y sin ti sí es.
Saludos nuevos.
Nada más y nada menos...
Bikiño.
Publicar un comentario