Hay un silencio ensordecedor
que transita la casa
tristes helechos lloran en el crepúsculo
sin que a nadie le importe
sin que a nadie le importe
cae la tarde
la tarde se torna oscura
el día se torna oscuro
las paredes están en silencio
los ríos se han calmado
la tristeza entra en la grieta que quedó abierta
(c) Virginia Fernández
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