martes, junio 22, 2010

Celebración de la lluvia


Hay veces en las que la lluvia llega sin esperarla,
escuchas el sonido,
una melodía triste,
acordes menores que entran por la ventana
y te transportan a rutas deshabitadas.
Yo me quedo mirando
e imagino paisajes lejanos
en los que tú ya nunca estás.

Cuando llega la lluvia
ya muchas veces me cuesta saberte
asomado en cualquier ventana,
observando la calle, el festín de paraguas,
semáforos en rojo y coches que esperan.

Cuando llega la lluvia
me empiezo a observar
y me hago preguntas que no debería
y como en un vaso que se encontrara
encima de un paraguas intento atrapar
un pequeño momento de magia.

Hay veces en las que sin esperarlo
aparece el sol
y te mira
y un arco-iris dibuja una sonrisa
en el tejado del mundo esperando
verte reír en cualquier rincón de esta ciudad.

© Virginia Fernández “Celebración de la lluvia”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La lluvia nos visita de vez en cuando en este rincón del sur y es un acontecimiento en nuestras vidas. Celebramos la lluvia y sentimos que con el agua corre el discurrir de nuestros días a la espera de un nuevo sol. El paraguas entonces es metáfora del poeta.
Enhorabuena.

Mauro dijo...

Ayer llovía de la manera en que se supone es la lluvia. Tal cual un niño dibuja una cortina de rayas para evocarla en las páginas de un cuaderno blanco. Era un crujir, un ruido blanco, o la letanía de un avispero sumergido.

Es que cuando arriba la lluvia es como el llegar del día, tomas distancia y te haces preguntas, solo y asomado a ti, como tan bien dices, imaginando paisajes lejanos en los que tú ya nunca estás.

Muy bello Virginia, muy bello.