Entonces el gato se canse de esperar, de estar sentado, porque es malabar, dé un salto y empiece a jugar con unas canicas, con la vida, la lance arriba y abajo, y vuelta a empezar. El gato hará magia, malabarismo, de repente tendrá fuego en las manos, de repente no, el gato será blanco, y también negro. Si él quiere se estampará en una ventana como si fuera un graffiti, y callado mirará a todos los que pasen por allí, como un mimo de ciudad. Mientras, en su cabeza escribirá la distancia que hay de Londres a Berlín, de Milán a Budapest. Cerrará los ojos e imaginará paisajes, rectos paisajes amarillos que tengan vistas al mar.
El gato aprende a hacer equilibrio, y también acrobacia. En sus sueños quiere parecerse a un hombre. Tomar café en un café parisino al anochecer, que sea verano. Cierra los ojos y duerme, piensa en las formas que pueden tener los días que son noches.
Quién fuera gato para perderse una noche en la oscuridad, aparecer al otro lado de la vida, al otro lado de un lugar, y ser un malabar.
Texto: Virginia Fernández “El gato malabar”
Foto: Manuel Gallardo “Retales del Cabo”
10 comentarios:
Es que ser gato te tiene esas cosas: ver pasar la vida, las vidas, ha de ser tedioso trabajo. Por eso a veces deciden mirar al otro lado, escrutar sombras que son fantasmas, juguetear con hilos invisibles, echarse unas carreritas detrás de presencias extrañas.
Mi gata Daky se encarama a la silla del balcón, a la más soleada siempre, y allí contempla el mundo de las palomas. A menudo lanza unos gritillos que no son maullidos sino cricris intraducibles: habla varias lenguas.
Mi gata Daky se limpia y se limpia sin descanso. Y sí, unas veces es una gata malabar y otras una gata-hipopótama.
Besitos, Virginia, eres un cielo.
Hola Vir :)! Yo me ofrezco como voluntario para leerle poemas a tu gato malabarista. Seguro que, después de hacerlo, tenemos una conversación filosófica muy gratificante. Buen fin de semana. Besos.
Los gatos y su eterno encanto que parecen personas...tan distantes, tan cercanos
Bikos.
Qué maravilla de relato!!!
No me llevo mucho con los gatos, siempre me ha parecido que saben algo que yo no y esa sapiencia misteriosa me da cosa...pero son seres bastante especiales, han habido dos especiales en mi vida que me enseñaron muchas cosas, no sólo de distancias, también de cercanías
un beso querida-admirada amiga y gracias por tu palabras
por todas ellas
Gran gato, el gato malabar. Muy bonito, Virginia, llevas un tiempo lleno de buenas letras. Un beso.
alfredito: Gato que se lava, anuncia visita!
besitos
VdP: Hola viento, el gato malabarista y el viento se sientan a filosofar.
saludos
azul: bikos, gracias por pasar por el gato malabar.
besos
bajamar: Muchas gracias a ti por tus palabras.
besos
nos leemos
chus: Sí, es un gran gato el gato malabar, y sabe de equidistancias.
beso
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