martes, octubre 13, 2015

Sobre Consejos a un joven poeta de Max Jacob y Notas sobre el oficio de escribir de Jules Renard, ambos libros de la colección CENTELLAS del editor José J. De Olañeta, en sus números 99 y 105 respectivamente.



Notas sobre el oficio de escribir de Jules Renard, es un extracto de su Diario separado por años, desde 1887 hasta 1910, año de su fallecimiento. Jules Renard (1864-1910). Fue un escritor caracterizado por una precisa observación del entorno y naturaleza, con una infancia un tanto peculiar; pues fue un hijo no querido. La sensación que me dio al principio el libro fue como de un pez sacado de un río para meterlo en una pecera, descontextualización de frases sueltas, aunque debo reconocer que a lo largo de la lectura el pelirrojo Jules me terminó gustando. Sus pensamientos o frases finales no se pueden separar de sus últimos años de vida, se nota la soledad en sus reflexiones; está solo por eso escribe un diario. Hay frases tiernas y muy poéticas, en el libro-diario habla de diferentes temáticas como el despojarse, la naturaleza, la belleza, el miedo, la pereza, la estupidez y el humor entre otros. Afirma que escribir es mentir, puesto que no hay palabras para expresar el pensamiento. Conforme se va avanzando en el libro se intuye el final de una vida. Destaco un par de frases que me conmueven:

1905
“Es necesario que la obra nazca y crezca como un árbol”
1906
“Es necesario que tu página sobre el otoño me resulte agradable como un paseo por las hojas secas”
“Tengo una idea igual que miro un pájaro: siempre tengo miedo de que huya volando, y no me atrevo a tocarla”
1908
“Dejo crecer la hierba en mi jardín”

Mientras leo a Jules, me nace este pensamiento, sin duda Renard me ha invadido con su amor por la naturaleza:

Los crepúsculos y los atardeceres esperan a que pase el día
Igual que una liebre espera al rocío que hará que llegue la hierba.

En la misma colección, leo Consejos a un joven poeta, de Max Jacob, es un libro completo y original. Max Jacob (1876-1944), fue un judío francés. Hacia 1898 se trasladó a París donde hizo una gran amistad con Pablo Picasso, Apollinaire, Modigliani, entre otros. Se fue a vivir a Montmatre influido por este primero para vivir la vida artista y bohemia parisina del momento. Se convirtió al catolicismo cuando afirmó haber tenido una visión de Jesús. Este tratado fue escrito para su discípulo J.E. debido a la pregunta que le hizo sobre qué era el lirismo en una cena en la que coincidieron en casa de los padres de éste. Jacob escribió esta obra en respuesta a él; da pequeñas lecciones y consejos a su joven amigo para la vida y hacer de un escritor. Habla de conceptos como la vida interior, la permeabilidad, la densidad, la madurez, da consejos de no utilizar un lenguaje científico, también sobre la concreción, el silencio, la soledad, la meditación, la erudición; dice que nunca se podrá escribir algo bello si no llevas la belleza en tu interior. Hay que amar las palabras y saber exteriorizarlas. También escribe sobre la soledad y el trabajo y lo imprescindible de escribir un diario. Murió cuando fue apresado durante la II Guerra Mundial antes de que lo trasladaran a Aushwitz.

Ambos libros son muy recomendables, tanto en temática como en originalidad, tocando ambos el arte de la escritura.

(c) Virginia Fernández. Poéticas.

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