
Notas sobre el oficio de escribir de Jules Renard, es un
extracto de su Diario separado por años, desde 1887 hasta 1910, año de su
fallecimiento. Jules Renard (1864-1910). Fue un escritor caracterizado por una
precisa observación del entorno y naturaleza, con una infancia un tanto peculiar;
pues fue un hijo no querido. La sensación que me dio al principio el libro fue
como de un pez sacado de un río para meterlo en una pecera, descontextualización de frases sueltas, aunque debo reconocer que a lo largo de la lectura el
pelirrojo Jules me terminó gustando. Sus pensamientos o frases finales no se
pueden separar de sus últimos años de vida, se nota la soledad en sus
reflexiones; está solo por eso escribe un diario. Hay frases tiernas y muy
poéticas, en el libro-diario habla de diferentes temáticas como el despojarse,
la naturaleza, la belleza, el miedo, la pereza, la estupidez y el humor entre
otros. Afirma que escribir es mentir, puesto que no hay palabras para expresar
el pensamiento. Conforme se va avanzando en el libro se intuye el final de una
vida. Destaco un par de frases que me conmueven:
1905
“Es necesario que la obra nazca y crezca como un árbol”
1906
“Es necesario que tu página sobre el otoño me resulte agradable como un
paseo por las hojas secas”
“Tengo una idea igual que miro un pájaro: siempre tengo miedo de que huya
volando, y no me atrevo a tocarla”
1908
“Dejo crecer la hierba en mi jardín”
Mientras leo a Jules, me nace
este pensamiento, sin duda Renard me ha invadido con su amor por la naturaleza:
Los crepúsculos y los atardeceres
esperan a que pase el día
Igual que una liebre espera al
rocío que hará que llegue la hierba.
En la misma colección, leo Consejos a un joven poeta, de Max
Jacob, es un libro completo y original. Max Jacob (1876-1944), fue un judío
francés. Hacia 1898 se trasladó a París donde hizo una gran amistad con Pablo
Picasso, Apollinaire, Modigliani, entre otros. Se fue a vivir a Montmatre
influido por este primero para vivir la vida artista y bohemia parisina del
momento. Se convirtió al catolicismo cuando afirmó haber tenido una visión de
Jesús. Este tratado fue escrito para su discípulo J.E. debido a la pregunta que
le hizo sobre qué era el lirismo en una cena en la que coincidieron en casa de
los padres de éste. Jacob escribió esta obra en respuesta a él; da pequeñas
lecciones y consejos a su joven amigo para la vida y hacer de un escritor.
Habla de conceptos como la vida interior, la permeabilidad, la densidad, la
madurez, da consejos de no utilizar un lenguaje científico, también sobre la
concreción, el silencio, la soledad, la meditación, la erudición; dice que
nunca se podrá escribir algo bello si no llevas la belleza en tu interior. Hay
que amar las palabras y saber exteriorizarlas. También escribe sobre la soledad
y el trabajo y lo imprescindible de escribir un diario. Murió cuando fue
apresado durante la II Guerra Mundial antes de que lo trasladaran a Aushwitz.
Ambos libros son muy
recomendables, tanto en temática como en originalidad, tocando ambos el arte de
la escritura.
(c) Virginia Fernández. Poéticas.