miércoles, enero 14, 2015

Algunas consideraciones sobre Notas desde mi cabaña de monje de Kamo No Chômei.


Después de la lectura de la Biografía del silencio de Pablo D´ors emprendí camino a Muniesa (Teruel) pueblo natal del místico Miguel de Molinos , uno de los padres del quietismo junto a San Juan de la Cruz y Santa Teresa, prácticamente su obra se encuentra recogida en la guía espiritual por la que fue juzgado por la Inquisición unos años posteriores a su primera publicación. Se encuentra la estatua de Molinos a la derecha de la iglesia con impresionante torre de estilo Mudéjar data del siglo XVI. Camino a Madrid leí el ensayo que hace José Ángel valente a la Guía Espiritual en el año 1974, edición de Barral editores y primera edición de la Guía sin comentarios decadentes y contradictorios sobre la propia obra, simplemente mostrándola tal y como la escribió su autor, precedida de unos comentarios objetivos por parte de Valente. En esta primera lectura pasó desapercibida una cita maravillosa de Kamo No Chōmei (1211 después de JC)  en la que si reparé en la re-lectura que hice a la llegada a Almería :
"Considera la vida de los pájaros y de los peces. Jamás el pez se cansa del agua; pero no siendo pez nunca podrás saber lo que el pez siente. Jamás el pájaro se fatiga del bosque; pero no siendo pájaro nunca comprenderás sus sentimientos. Igual sucede con la vida religiosa y la vida poética.  Si no la vives nada comprenderás jamás de ella"
Puse esta cita en internet y alguien tan querido me hizo llegar el libro Notas desde mi cabaña de monje, de Kamo No Chōmei. Encontré un maravilloso y sencillo texto, traducido de una manera muy bella. Casi al final del libro , después de relatar el autor los turbulentos acontecimientos sociales y naturales que estaban sucediendo en torno a Kioto, Chōmei decide retirarse a una cabaña y llevar una vida de monje ermitaño en la línea del budismo, despojamiento, naturaleza, vida sencilla , no preocupaciones, contemplación y soledad. Estado que le da una infinita felicidad.
En la penúltima página me encuentro otra vez con la maravillosa cita que Valente rescata en su introducción a la Guía, esta vez con una traducción aun mas bella:
"Compadezco a todos los que son esclavos de las cosas terrenales.
Si alguien duda de lo que digo aquí, que contemple a los pájaros y a los peces. Los peces no se aburren nunca de estar en el agua, habría que ser pez para comprender este sentimiento. Los pájaros no piden otra cosa que vivir en los bosques. Nadie comprende esto como los pájaros . Lo mismo ocurre con los placeres de la soledad, solo se puede apreciar viviéndola"
Concluye el precioso texto de la cabaña y el ermitaño diciendo lo siguiente: " la luna brilla, pero es triste verla desaparecer detrás de los montes"
Chōmei es consciente y así lo expresa que no ha alcanzado el verdadero desprendimiento, no estando en la verdadera iluminación pues son sus placeres esto que escribe: la contemplación, la soledad de los bosques, donde realmente disfruta y es feliz, y por lo tanto a lo que no quiere renunciar. (A la cabaña se retiró a la edad aproximada de 60 años, tuvo un hijo que perdió) 
Quizás sea el momento de adentrarme en la Guía, aunque temo la decepción por su carga religiosa, o no se si decir política. 
Chōmei me enamora, plasma el silencio y la contemplación sin maquillaje alguno, simplemente a través de la naturaleza.

(c) Virginia Fernández. Poética.

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