Intuyo el movimiento
de las hojas al caer,
es como imaginar una película
a cámara lenta,
caen como gotas de agua los sonidos,
se sumergen en ese silencio
de invierno blanco.
La tarde se descolore lentamente.
A mi alrededor los matices
que la forman se transforman,
van del amarillo al violeta,
dos segundos y pasará a ser casi oscuro,
miro por la ventana,
me gusta observar esa milimétrica
exactitud del tiempo.
Dejo para más tarde la lectura,
mi atención está en los sonidos,
los colores de la calle,
describo una parábola en el aire,
me descalzo,
empiezo a escribir.
© Virginia Fernández “Parábolas "
miércoles, diciembre 02, 2009
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3 comentarios:
Que tranquilidad.
Me hiciste recordar cuando viví en una isla, y las tardes se sucedían delineadas por el susurro del viento y una lucha de nubes en el cielo.
Cariños.
PD. Estaba pensando que quizás podríamos conversar alguna vez, por si piensas lo mismo:
mauro.blogpatria@gmail.com
Imaginé un domingo, al lado de la ventana sintiendo un poco el aire frío de alguna provincia, tomando un buen café y escribiendo lindas letras.
Saludos
Hola Vir :)! Ahora que soy uno de tus seguidores, espero que me visites más a menudo. Tus palabras caen como el blanco invierno, acumulándose en el fondo de armario de mi corazón gélido. Besos.
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