viernes, mayo 23, 2008

descripción de una calle

Pues está sonando un acordeón en esa calle estrecha que me gusta tanto, que al final tiene un graffiti todo a lo largo en la pared, y te transporta, y ahí soy tan no mí, tan espectador, y proyección de pensamiento, y cubo y metafísica, y sensación.
Y sobretodo me gusta por la noche, porque adquiere colores anaranjados debido al color de las paredes de las casas. Toda tentativa de explicación fracasa, por una razón lógica, una razón de peso, y es que para ser definido tiene que estar dentro de lo definible, y esto no lo está, claro, naturalmente.
Y así es como entro poco a poco en la sensación cubo, sensación contracorriente, sensación gato, sensación mujeres de la calle que miran, sensación líquidos, fluidos, y mirada perdida, evasión, suburbio, estratosfera, cubo, mundial y altamente recomendable.
Y la calle estrecha termina, termina el paseo divertido, y salgo otra vez al estado mí, pero totalmente cambiada claro, mí renovada, reconfortada, y transportada por ese sonido de acordeón que sigue sonando, pero que se aleja cada vez más y más. Y dejo atrás el color naranja, a la gente de mirada lejana, al mí ya no cubo, ni sensación, ni metafísica, ni lunar, ni gata. Y la noche suburbial se aleja, y mí sin serlo, y al final tu, irremediable final para que todo esté en perfecta armonía universo y gato.

Texto: Virginia Fernández “Descripción de una calle”

3 comentarios:

Laura Escuela dijo...

qué gatuna te veo´últimamente, querida minina jejeje.
Mu descriptivo, transportador cmo siempre.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Definir lo indefinible, y meterlo en un cubo, y agitarlo, y dárselo a comer al resto de las calles de la ciudad, con armónicos de acordeón de guarnición. Me ha gustado mucho leerte, Virginia. Un beso.

Anónimo dijo...

a eso le llamo pensar!!!!!
Tiene q ser un escritor profesional para escribir algo asiii!