miércoles, mayo 07, 2008

Cuadrados

Pequeños cuadrados de luz habitados. Oscuridad afuera por los bordes que se salen a un cielo sin estrellas, oscuro, y de repente un cuadradito encendido enfrente de mi. Personas que habitan un cuadrado de metros, hacen cosas, planchan, y ven televisión. Cuadrado de pensamientos, cuadrado de sueños, cuadrado de edredón, espirales cuadradas, mueble cuadrado, mundo cuadrado, cuadrado un cuadro, cuadrado un estornudo, cuadrado un calcetín de mi vecino colgado de la cuerda donde tiende la ropa, y la visión global del cubo con cuadrados y luz.
Sentada enfrente desde otro cuadradito con ventanal observo a mi vecino mientras tiende la ropa en su balcón y cose un botón de su camisa, mi vecino tiene unas zapatillas con la bandera hawaiana, y la soledad al final se sale por una línea exterior. En un cuadrado de luz hay percepción y observancia del mundo, hay conclusión y pensamiento, hay delirio, hay gato que ronronea y se acuesta en mi sofá y cuadrados otra vez, y conversación cuadrada, palabras, y sensaciones, malabares cuadrados.
Reflexión mientras como galletas de chocolate otra vez desde mi cuadradito de luz, y siempre con conclusión final: al final todos estamos solos.


Texto: Virginia Fernández “Cuadrados”

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucho cuadrado, pero te ha quedado redondo.

Belle dijo...

Solos no , Vir , al final todos somos uno porque nos creemos diferentes y separados , sólo uno y solo quizás , como sólo uno lo puede estar...

Anónimo dijo...

He tenido que volver al leer el relato porque cuando lo leo mi alma de puro placer se expande y se eleva hasta el infinito.. Sí, lo voy a volver leer... sólo una vez más y quizás seré diferente, como sólo yo lo puedo ser... y que les den a los demás.

Viento del Pacífico dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Viento del Pacífico dijo...

Hola Vir :)! No sé si debo decirte ésto, pero yo te tenía por una chica con la cabeza bien amueblada y, por lo leído, eres una persona de mente cuadriculada. ¡Vaya sorpresa! Jaja... Besos, mi niña.

P.D.: como siempre, me encanta leerte.

Jaime dijo...

Yo cosía una vez un botón en el balcón de mi casa con mis zapatillas, sin importarme qué la vecina me mirase desde su cuadrado ventanal. No sabía que la lineal soledad era mía.
Un beso. Como siempre, me encantas.