jueves, abril 17, 2008

Divagaciones a altas horas

Pues esto va de la sociedad y las estridencias para-mentes y parapentes de reflexión. Intento restablecer el orden del pensamiento. Y con el orden lógico de la cosa me dirijo hacia un camino largo e irreflexivo, diría lúgubre, asimétrico, pesimista, difícil tarea. Sí, no me mires así, he dicho Pesimista, con P mayúscula, p de precoz, de paleontólogo, de paleolítico. Es tan natural caer en reflexiones típicas sobre lo que quiere la sociedad, el significado de la palabra sociedad, el motivo de la felicidad general, la soledad del individuo, la sociedad civilizada, racional, conductas preestablecidas, conductas inmorales, realidad-pensamiento, o yo que sé. La sociedad como un todo, los grandes temas que están ahí para ser debatidos por las personas importantes, los gerentes, los políticos, los dueños de grandes promotoras inmobiliarias con bigotes y traje de Christian Dior, o chaqueta de terciopelo azul marino, y bmw, o Mercedes-Benz aparcados en la puerta, y al fin y al cabo y lamentablemente los que tienen la voz y voto al final. Es tan absurdo no estudiar el comportamiento y pensamiento de otros personajes más interesantes que también están en la sociedad, pero no son tan bien mirados, digamos bohemios, malabares, independientes y libres, diría solitarios y altamente reflexivos en su soledad, que se mueven fuera de lo preestablecido por nuestra sociedad recta, de normas rectilíneas. Me aburre la sociedad a grandes rasgos, sobre todo esa sociedad establecida de antemano, digna de educación moral y cívica. Me aburren los sesgos de estudio de comportamiento humano en líneas de formalidad. Por lo tanto debo definirme y me defino como persona antisocial y a-social, persona arlequín o también persona lunar.

Texto: Virginia Fernández

1 comentario:

Anónimo dijo...

chica me ha fascinado