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domingo, octubre 20, 2013

Lu_ga_res


Aquí el animal,
aquí el corazón que palpita,
aquí mis ojos,
el bosque me atraviesa el pecho,
los árboles,
la cicatriz.

Aquí mis manos,
aquí la habitación,
aquí el amor cruel,
la humedad está fría,
aquí el color blanco,
aquí el sonido de los pájaros,
aquí tus ojos,
aquí tus manos.

Aquí es tan lejos.

© Virginia Fernández "lugares"

sábado, mayo 11, 2013

La ciudad



La noche es una ciudad
Masao Yamamoto
que a veces se queda huérfana.

Esto a veces significa silencio de cuerpos abrazados.
Esto a veces es triste.

Ahora todo es una ciudad llena de olas.
La noche es una piedra con aristas de cristal,
no estoy asustada.
La primavera me quita todo el tiempo.

La noche sí es un bosque.

© Virginia Fernández Collado “La ciudad”

viernes, marzo 08, 2013

2 serie




1.El mar arrastra demasiados años
2. que pesan en esta placidez maquillada.

3. Metálico me parece el atardecer
4. en su agresividad de adolescente.

5. Ni siquiera esta vez el arte
6. ni siquiera esta vez el poema de color blanco.

7. Yo no busco astros
8. el pecho está lleno de estrellas
9. y todas ellas pellizcan un poco

10. El viento arrastra algas
11. y no hay retorno al camino
12. cuando se pierde la inocencia

13. Echo de menos...

14 la fragilidad de los árboles
cuando llega la oscuridad

15 mostrándose...

16. espléndidos y aterradores.

17. Un escalofrío recorre mi espalda,

18. ...
19. y pienso

20. ¿Estarán todos muertos o dormidos?

© Virginia Fernández Collado

jueves, enero 24, 2013

lugares


Aquí el animal,
aquí el corazón que palpita,
aquí mis ojos,
el bosque me atraviesa el pecho,
los árboles,
la cicatriz.

Aquí mis manos,
aquí la habitación,
aquí el amor cruel,
la humedad está fría,
aquí el color blanco,
aquí el sonido de los pájaros,
aquí tus ojos,
aquí tus manos.

Aquí es tan lejos.

© Virginia Fernández "lugares"


lunes, enero 21, 2013

La promesa


 La fruta existe pero la mano es corta
_Yussef Al Khal_


Con una sonrisa en la cara
y la mano estirada hacia la fruta
vuelvo,
siempre vuelvo,
sin cumplir la promesa,
como un bosque talado,
con la cara recién lavada,
con los ojos hambrientos,
vuelvo bajo la lluvia,
por los bosques nevados de algún invierno
y soy yo otra vez,
igual que el otro yo
y lo mejor es
que siempre rompo la promesa
y vuelvo libre como los pájaros.

© Virginia Fernández “La promesa”