jueves, mayo 21, 2015

Naturaleza

No corren los ríos en el desierto,
llevan arena,
desnudez,
pétalos.

Aspiro cómo huele la mañana.

Huele a grillos,
flores silvestres,
estorninos.

El campo tiene flores,
austeras caen azules como hojas,
semillas
o ríos que quieren abrazar al mar.


© Virginia Fernández. Naturaleza. 21.05.15

lunes, mayo 18, 2015

Lunes, 18 de mayo 2015. Diario.


Nieve con su blanco sudario,
resbalas la montaña,
el cielo blanquecino es tu reflejo.

Nieve asustada,
nieve pálida,
tu pureza invade el rostro de los niños.

No estás en primavera
con tu blanco sudario
resbalando la montaña.

No te reflejas en el cielo,
nadie viste tu color,
nieve asustada.

No estás en el rostro de los niños,
la primavera ha cubierto
tu pálido rostro de niña asustada.

© Virginia Fernández . Diario.

Poetry is

Poetry is basically an open door to itself.

(c) Virginia Fernández. Pensamientos.

sábado, mayo 16, 2015

Vidas poéticas, atardeceres amarillos


La tarde es amarilla,
huele a azahar.

Habito el polen
y los estornudos.

Riachuelo,
déjame entrar en ti.

Niña,
déjame mecerte en las olas.

© Virginia Fernández. Diario. Vidas poéticas, atardeceres amarillos.

viernes, mayo 08, 2015

08.05.15

Te espero,
vives en mi.

Un corazón late al mismo ritmo que el mío.

Dentro de mi un latido,
dentro de mi un abrazo.

(c) Virginia Fernández. Diarios.

miércoles, mayo 06, 2015

6.5.15

No sé qué decir,
qué dice el horóscopo.

Voy en bus,
me duele la espalda,
el gorrión vuela en un vuelo singular,
no existe el hambre,
me amas en primavera.

(c) Virginia Fernández Collado. Diarios. 

martes, mayo 05, 2015

Diario 5.5.15


Susurran las olas un secreto,
el mundo no escucha.

El cielo es azul,
mira esa gaviota,
las caracolas hablan el idioma de los océanos,
la tarde cae.

Nadie escucha los susurros del mar.

Los peces saben sonreír.

Me tumbo en la arena y sueño el idioma de las caracolas.

(c) Virginia Fernández Collado. Diarios.

Depredador

Depredador

viernes, mayo 01, 2015

1.5.15


La inocencia de los ancianos es la misma que la de los niños, siento más ternura por los primeros. Veo a uno sentado en un banco, rasgando una tarjeta con mucho ahínco, es de esas tarjetas de jugar y ganar, todo el mundo sabe que nunca se gana, siento una ternura infinita por este hombre anónimo.
Leo el Diario de Iñaki Uriarte, ninguno de los diarios que he leído hasta ahora me ha impresionado tanto como el de Anaïs Nin.

La mañana es blanca en la pradera soleada, el tacto de la hierba húmeda me hace cosquillas.
El mar es infinito en su soledad, las montañas son eternas en su soledad.

(c) Virginia Fernández. Diario.