lunes, mayo 29, 2006

Lo bello y lo triste

El tren olía a bolígrafo, era azul y me gustaba, aunque realmente lo que me llamaba la atención no era el tren en sí, sino la sensación que me producía observar a la chica pálida que iba sentada enfrente de mí, tenía ojos azules y estaba muy triste. Iba sentada al lado de una señora mayor que supongo sería su madre, no paraba de mirar por la ventanilla, a pesar de que era de noche y no se veía el paisaje, yo a su vez aprovechaba para mirarla en el reflejo del cristal, mientras hacía como que leía “Lo bello y lo triste” de Yasunari Kawabata. Qué guapa era. Intenté llamar su atención de alguna manera, sin conseguirlo. Ella estaba sumida en no se qué pensamientos, que abstraían su mente de lo que la rodeaba en ese momento, es decir la señora sentada a su lado y yo, únicos viajeros en ese vagón. No se cuál sería su punto de destino. Yo estaría viajando aproximadamente unas seis horas y cuarenta y cinco minutos, según me habían indicado en la estación, así que tenía toda la noche por delante y unas nulas ganas de dormir, por lo que decidí seguir con mi libro. Poco a poco fui cayendo en un sueño profundo, en el que soñé con girasoles amarillos y flores exóticas en alguna ciudad oriental, tal como Shangai o Tokio, o tal vez Kioto. Desperté sobresaltado por un movimiento del tren y miré hacia el asiento de la chica. No estaba allí, aunque la señora que la acompañaba si se encontraba en el lugar donde la había dejado antes de dormirme, descansaba. Me levanté y salí al pasillo a fumar un cigarrillo. Vi que la muchacha venía hacia nuestro compartimento, al llegar a mi altura noté como rozaba mi mano, dándome un papel doblado, sentí un escalofrío. Volvió a su sitio, y el pasillo del tren se me hizo cada vez más y más pequeño. No vi nada más, el tren cayó por un precipicio. Fue todo tan rápido, de mi garganta escuché salir un grito ahogado. Abrí los ojos en medio del caos y de la gente gritando, estaba sudando. Me encontraba solo en el vagón, estaba amaneciendo, el tren seguía su camino, y en mi mano había un papel arrugado escrito con bolígrafo azul, en el que se leía: Regresad o moriré.

VirginiaFernández “Lo bello y lo triste”

11 comentarios:

Mayte dijo...

Simplemente....GENIAL!!

Te superas en los relatos niña:D

Bikos.

Unknown dijo...

Muy bien, se nota que esta vez lo has repasado antes de subirlo :p

Besos.

Viento del Pacífico dijo...

Hola Vir :)! No sé porqué pero este relato me recuerda a "Asesinato en el Orient Express". Dulces sueños, Agatha Christie. Besos. Muakks.

Anónimo dijo...

Muy bueno, Virginia. Un beso.

Viento del Pacífico dijo...

Muchas gracias Vir. Para mí la intención es lo que cuenta. Los verdaderos amigos son los que están a tu lado en los malos momentos pero también se agradece que estén en los buenos. Y aunque tu presencia no fuera física sé que tu alma estuvo a mi lado. Besos niña. Muakks.

virginia dijo...

Azul:Muchas gracias azulilla.1beso.

virginia dijo...

Diego: je je.Sip lo repasé.un besillo.

virginia dijo...

Viento del Pacífico: Siempre gracias por comentar.Felicidades * la lectura d tus poemas.

virginia dijo...

Chus: Siempre 1 placer que me leas. besisycuídate.

Anónimo dijo...

Ole, Vir. Te superas ;)

virginia dijo...

Gracias Pa,un beso grande.