Todavía recuerdo cuándo nos casamos, teníamos diecisiete años, íbamos en vaqueros y lo hicimos, en secreto, sin que nadie se enterara, todavía guardo el sabor de tus besos, esto nadie lo sabe, porque nadie lo entendería.
Mi hija me vio llorar ayer y no supe explicarle. Todavía no se por qué vuelvo una y otra vez. Todos los años siento lo mismo, vuelvo a revivir momentos antiguos que nadie va a hacer regresar. Compré la casa de tus abuelos. Un día haciendo limpieza me encontré con unas cartas viejas, me gustaría que estuvieras aquí para contártelo, resulta que tu abuelo Juan estuvo enamorado de mi abuela Lola toda la vida, son cartas que tu bisabuela escondía y Juan descubriría muchos años después en un atillo, ahora entiendo por qué tenía siempre tan mal humor, por qué a mi abuela le brillaban los ojos cada vez que veía a Juan, se le encendían las mejillas, yo me reía y me decía:
-Niña algún día entenderás lo difícil que es la vida.
En fin, una vez más me encuentro aquí con mis recuerdos, una vez más vuelvo a echarte de menos, una vez más vuelvo a sentir el zarpazo que da la muerte.
Fin.
Virginia Fernández.
6 comentarios:
Maléfico cuento de horror!!!
De lo mejor que has escrito pero... me suena a otra historia, ¿no?.
No te hagas tantas preguntas y disfruta gitana....
ya tamos liaos gitano!
Tu definición de "liar" debe ser distinta a la mía, por ende, no puedo comprender tu frase, gitana!!!
Me lio Vir...entre este blog y el de msn...no se a donde visitarte, así que lo haré a los dos!
Lo disfruto mucho y este relato me ha parecido genial...te djoe bikiños y que disfrutes tu fin de semana!
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