martes, marzo 23, 2010

Razones

Cuando caminemos difícilmente equilibrados
por una vereda gris de madrugada,
me cogerás de la cintura,
despertarás
a este jueves violeta, a este anochecer.

Pasearé de tu mano por las calles mojadas,
no atenderemos a razones oficiales,
sólo la piel ocupará el vacío
de tu costado.
No habrá vigilias y sueños arrastrados,
no habrá malentendidos.

Cuando sufras la impersonalidad
de los anocheceres vacíos,
encontraré y encontrarás sentido
a aquella mirada, y a aquel sonido,
derrumbarás paredes como huracanes.

Cuando el tiempo se ponga de acuerdo,
y nos dé una pequeña tregua de relojes,
y minuteros,
entonces, y sólo entonces, descansarás en mi,
y no habrá más razones que la de tus ojos,
más amaneceres que saberme prendida a tu espalda.

© Virginia Fernández “Razones”

domingo, marzo 21, 2010

Tan extraño y tan solo

Tan extraño y tan solo,
vaga por puertos, y anocheceres,
ronronea a la luna,
y cree ser el rey.

Tan doblemente solo
en su reinado,
tan dilatado en el tiempo,
tan inquietante.

Pasea por calles mojadas
en la madrugada.
Reflexiona sobre el brillo de unos ojos,
desaloja tormentos,
olvida un poco con cada trago,
baila con una sirena.

Viste su cara con una sonrisa,
enmascara su llanto,
pide perdón,
desanda su camino.

Tan extraño,
tan caballero de copas,
tan huraño,
pero siempre tan solo.

©Virginia Fernández “Tan extraño y tan solo”

lunes, marzo 08, 2010

Si usted quisiera

Si usted quisiera
yo podría coger el mar,
podría ir de ojos cerrados,
y de atardeceres en vela
a su encuentro, sonriente hacia la luna
y con cascabeles en el paladar.

Si usted quisiera
no harían falta palabras,
ni pactos,
ni siquiera miradas,
solamente su consentimiento
bastaría para darme a conocer
en sus manos, en su espalda,
despertar lunas,
sonrojar amaneceres,
pero sólo si usted quisiera.

Si usted me dejara,
comprendería que lo que digo
vale más que mil gestos que le hice
cuando no miraba.
No existe otra manera
de entrar en el círculo,
Yo le señalaría la parte de mi cuerpo
por donde tendría que empezar a rescatarme,
desalojar habitaciones cerradas
y abrir ventanas con vistas al mar.

No tengo más que ofrecer,
sólo estos ojos y esta sonrisa…
y esta vida si usted quisiera.

© Virginia Fernández “Si usted quisiera” Fragmento de Diarios de usted.